A cada segundo hay gente descendiendo al infierno, almas que no podrán ser salvas. Las personas solo tienen la chance de salvar su alma mientras están vivas. Ellas tienen el derecho de elegir el camino de la obediencia o el camino de la desobediencia.
Dios siente angustia, dolor y tristeza por aquellos que no puede salvar. Si la persona obedece la Palabra de Dios, entonces, ella es salva y obviamente alegra el corazón de Dios.
Una persona va construyendo su eterna morada con Dios solamente cuando toma la decisión y obedece a la Palabra de Dios.
Dios salva a través de aquellos que Lo sirven, de aquellos que son Sus siervos y de los que se encuadran dentro de Su voluntad.
¿Cómo podemos servir a Jesús? Cuando servimos a Su Palabra. Su Palabra es Jesús y Jesús es la Palabra.
“El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.”, (Juan 8:47).
Sirve a Dios aquel que obedece la Palabra de Dios. No sirve de nada servir con un disfraz de siervo o de sierva. Si usted no obedece, entonces, usted no sirve. Entonces, usted está fingiendo.
¿Cómo usted puede servir a Jesús, pero su cuerpo hace lo contrario? Nadie puede servir al Espíritu Santo y en su carne servir a su yo.
Muchos no quieren estar sujetos a la disciplina y al orden. El pastor vive para servir al Señor Jesús. La vida del pastor está en el Altar. Cuando está en el Altar, cuando usted se entrega al Señor Jesús, usted muere para este mundo.
Antes de que usted entregue su vida a Jesús, usted tiene que pensar si está dispuesto a dejar la vida en este mundo para servir a Jesús. Cuando la persona quiere servir al Señor Jesús, con toda su fuerza, todo su corazón y toda su alma, Jesús garantiza: el Padre lo honrará.
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