Un domingo de renovación y transformación en el Templo de los Milagros, donde cada corazón presente declaró con firmeza: “Yo Decido Cambiar”
Lo que Dios más ve, es el interior (carácter, personalidad, etc). Sin embargo, las personas suelen apreciar más el exterior que el interior. Muchos se equivocan en la vida amorosa por ese motivo.
Las personas que aún no se bautizaron de verdad, se preocupan en exceso sobre lo que los demás piensan a su respecto. Todavía sienten la necesidad de encajar dentro de los padrones de la sociedad.
Que no injurien a nadie, que no sean contenciosos, sino amables, mostrando toda consideración para con todos los hombres. Tito 3:2
No tenemos que hacer comentarios indebidos, condenar, difamar ni buscar la aprobación de los demás. Dios nos enseña a ser amables con todos.
¿Cuál es el mayor sacrificio? El primero y principal, es el espiritual, es decir, entregarle a Él nuestros pensamientos, planes, etc.
Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional. Romanos 12:1
El sacrificio espiritual comienza en la mente y en la razón, a través del poder que Dios nos dio de desición (libre albedrío).
Cuando queremos reparar los errores que cometimos en el pasado, no podemos volver en el tiempo, pero sí podemos liberarnos de ellos sepultando nuestra vieja criatura en las aguas.
Luego del sacrificio espiritual, sigue el emocional (corazón, alma) y el material (cuerpo, carne). No basta con hacer otro tipo de sacrificios si primero no hay esos.
Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa de mí, ese la salvará. Pues, ¿de qué le sirve a un hombre haber ganado el mundo entero, si él mismo se destruye o se pierde? Porque el que se avergüence de mí y de mis palabras, de este se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y la del Padre, y la de los santos ángeles. Pero en verdad os digo que hay algunos de los que están aquí, que no probarán la muerte hasta que vean el reino de Dios. Lucas 9:23-27
Si no queremos vivir más en el pecado ni en el error, tenemos que usar la razón, no dejarnos dominar por el corazón y hacer el sacrificio espiritual todos los días.
Jesús nos enseña a negar nuestras voluntades y a sujetamos a la Suya. Esa es la única manera de vencer los deseos de nuestra carne y salir de la duda.
No sirve de nada conquistar el mundo o cumplir todos nuestros deseos (lo cual solo durará un par de años), si vamos a echar a perder nuestra alma (que es lo único eterno).
No tenemos que iniciar la obra y dejarla por la mitad, debemos concluirla, porque si el día de mañana somos incompletos, la culpa será nuestra y no de Dios, del diablo ni de la sociedad.
Si nos sacrificamos espiritualmente, nuestro corazón nos lo va a agradecer porque tendrá paz, y nuestro cuerpo también porque tendrá salud.