“Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive el Señor, Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra”, (1º Reyes 17:1).
Elías se posicionó delante del rey Acab por haber traído la religión de baal a Israel. El profeta confrontó directamente a ese dios de la fertilidad, invocado por sus seguidores para mover las fuerzas de la naturaleza. Así determinó que no llovería hasta que él lo determinara. Esa fue una afirmación extremadamente osada. ¿De dónde sacó tanto coraje y autoridad? fue producto de estar en Su presencia.
Estar delante de Dios significa:
1-Transparencia, no tener nada que esconder, no vivir en pecado. La persona que vive de esa manera, no tiene fuerza, tiene miedo, se esconde, por las dudas. Adán y Eva fueron a esconderse de Dios cuando pecaron en el jardín de Edén.
2-La expresión, indica disposición para servir. El que vive delante de Dios está listo para el servicio, eso la define. Si Elías no hubiera estado dispuesto a cualquier desafío, el Señor no lo habría usado.
Si quiere vivir todos los días delante de Dios, deberá abandonar sus pecados y disponerse a servirlo con entrega total. Entonces tendrá la osadía de Elías; y principalmente el Espíritu Santo.
Si Lo desea, debe estar dispuesto a pagar el precio y dejar la mala vida. Porque Su presencia no puede vivir en alguien que no está limpio. De esa forma, dejará de tener miedo y tendrá fe.
Vivir delante de Dios significa ser bautizado en el Espíritu Santo, Él desea habitar en nosotros, pero algunos no quieren pagar el precio. Es todo o nada, una vez que Lo tenga, será una persona osada, de fe, no se dará por vencida. No necesitará a nadie porque Dios estará dentro suyo, pero tiene que entregarse y dejar el pecado atrás.
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