Tan pronto como comenzó el Congreso para el Progreso, el lunes 1 de noviembre, en el Templo de Salomón, el obispo Edir Macedo presentó el testimonio del bancario y empresario Janderson Meneses y les pidió a las personas que prestaran mucha atención a su historia, para poder entender la visión de la voluntad de Dios para cada una de ellas.
Luego preguntó: “Honestamente, ¿qué es lo que usted quiere, una determinada bendición o ser la PROPIA bendición?”.
“Dios no quiere darle solo una pequeña bendición aquí o allí, sino volverlo la PROPIA bendición. Es decir, Él quiere hacer en su vida infinitamente más de lo que puede imaginar. Y usted ya tiene una gran ventaja, su fe. Incluso, participa del Congreso y viene listo para entregar su vida en el Altar, pero ¿por qué?, ¿para qué?, ¿por la bendición o para ser la PROPIA bendición?”, agregó el obispo.
Él aclaró que los problemas de este mundo siempre existirán, sin embargo, si la persona solo se concentra en resolverlos y alcanzar las bendiciones, estará corriendo detrás del viento.
“Use la inteligencia, amiga y amigo míos, porque, aunque resuelva un problema hoy, mañana tendrá otro, que será resuelto por la fe. Aun así, pasado mañana, también tendrá otro”, explicó.
Y alertó: “Solo hay una forma de que usted venza eso, siendo la PROPIA bendición, porque quien lo es vive en la dependencia de Dios, de la sabiduría que el Espíritu Santo le da, de Su dirección. Y, cuando usted la tiene, Él le da ideas, que, si las practica, ¡lo harán ser exitoso! Es decir, ¡cuando usted obedece a Dios, Él cuida lo que es suyo!”. A continuación, dio un ejemplo: “Cuando un patrón teme al Señor, los malos empleados terminan saliendo solos. Observe que Dios le abre caminos y puertas, pero es porque usted tiene al Espíritu Santo, que dirige, guía y conduce su inteligencia”.
“Mi propósito, al venir aquí esta noche, es exactamente ese, abrir su entendimiento, para que usted use su cabeza y nunca su corazón, para que use la fe que ya tiene, pero con inteligencia. Una fe sólida, que lo hace ver más allá del horizonte. Cuando usted está en la fe y en el Espíritu, camina, actúa, toma decisiones con fe y, consecuentemente, conquista”, dijo el obispo. Sin embargo, destacó que, si la persona no está en el Espíritu, tomará decisiones basadas en sus emociones, en las circunstancias y se lastimará.
La fe unida a la inteligencia
Janderson, en su testimonio, contó que aprendió a usar su fe de manera inteligente y a priorizar a Dios antes que a los demás e incluso antes que sus necesidades. Consecuentemente, su vida fue transformada. No obstante, conforme explicó, en el pasado, su vida fue muy difícil, porque tenía muchas restricciones económicas y su familia no tenía ni lo básico para alimentarse.
Por lo tanto, cuando entró a la Universal por primera vez, a pesar de “odiarla con todas sus fuerzas”, vino “de corazón abierto”, a fin de cuentas, ya había golpeado muchas puertas y no había encontrado una solución para su vida. Él recuerda que al salir de la primera reunión ya notó una diferencia.
Luego, contó que una palabra marcó su vida e hizo toda la diferencia posteriormente, el mensaje escrito en Mateo 6:33, que dice: “Mas buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
“Yo entendí que, si buscaba primeramente el Reino de Dios, las cosas que tenía, el sufrimiento y todo lo demás sería secundario; pero, para eso, debía priorizar a Dios, Su Reino. Entendí que el Reino de Dios para mí, en mi vida, era el Espíritu Santo, por ese motivo, me dediqué cien por ciento a buscarlo”, relató.
Para finalizar, el obispo Macedo concluyó explicando que la mayor riqueza que el ser humano puede alcanzar es el Espíritu Santo.
“Cuando el Espíritu Santo desciende, el Reino de los Cielos hace morada dentro de usted. De esta manera, pasa a tener todas las herramientas que necesita para ser exitoso y todo lo que haga dirigido por Él saldrá bien. Solo que, para eso, usted debe darle lo mejor que tiene, su alma”.