La Palabra necesita oídos abiertos, atentos y dispuestos a oírla. Si hay oídos para oírla y obedecerla, entonces la Palabra de Dios no volverá vacía de obras.
El texto sagrado muestra claramente que la lluvia solo riega a la tierra que la recibe. Si no hay tierra, ¿cómo la lluvia va a regarla y a hacer producir sus frutos?
Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Génesis 1.2
La vida de mucha gente ha sido como era la Tierra: desordenada y vacía.
A pesar de su religión, de su denominación evangélica, aun así, su vida se encuentra desordenada y vacía…
La persona cree en Dios, cree en la Biblia, peeeero su vida no combina con lo que está escrito en la Palabra de Dios.
¿Por qué?
Porque el Espíritu de Dios continúa moviéndose sobre la vida de ella queriendo entrar y hacer morada, pero ella no Le ha dado permiso. Entonces, continúa desordenada y vacía.
Ella puede incluso conocer bien la Voz, la Palabra, pero si insiste en vivir de acuerdo con sus propios pensamientos, ideas, sueños y proyectos personales, va a continuar desordenada y vacía.
El Espíritu Santo continúa SOBRE LA FAZ DE SU VIDA HABLANDO, HABLANDO Y HABLANDO… Sin embargo, mientras HAYA TERQUEDAD, su vida continuará desordenada y vacía. ¡Y nadie podrá hacer NADA!
Oración, ayuno, frecuencia en la iglesia, nada podrá eliminar su vacío, mientras el ESPÍRITU DE DIOS NO TENGA EL CONTROL DE ELLA, no sea obedecido, no sea servido con su vida por completo…