Obispo, estoy pasando por problemas en mi vida económica, pues desde que tengo uso de razón, no recuerdo tener una vida plena en este aspecto. Le pido a Dios una dirección, para abrir mi negocio, una idea, pero no viene y termino frustrándome.
Ya tengo trabajo, soy militar del Cuerpo de Bomberos, pero no me siento realizado, sé que puedo hacer mucho más por mí y por mi familia. Tengo una carrera universitaria, no me considero una persona ignorante, pero lo que realmente me gustaría es una dirección para seguir y conquistar bendiciones.
Respuesta:
Amigo, todo lo que necesitamos es concedido por Dios, cuando hay una intimidad con Él. No solo basta pedir y quedarse esperando una respuesta. Por esta razón, usted se ha frustrado, pues imagina que conquistando bendiciones económicas va a, finalmente, estar realizado y ser feliz, cuando realmente su problema está en su interior y no en su exterior. Usted necesita conocer a Jesús, tener un encuentro verdadero con Él, para liberarse de la inseguridad, de la duda y del miedo. Participe de las reuniones los miércoles y los domingos. El Señor Jesús, enseñándole a Sus discípulos dijo: “Permaneced en Mí, y Yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en Mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en Mí, y Yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de Mí nada podéis hacer.” (Juan 15:4-5)
Quédese con Dios.
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