Hoy fue la Hora de Volver de todos los que un día estuvieron en la Casa de Dios, bebimos del Agua Viva y participamos de la Santa Cena, en el Templo de los Milagros.
Los rescatados del Señor volverán, entrarán en Sión con gritos de júbilo, con alegría eterna sobre sus cabezas. Gozo y alegría alcanzarán, y huirán la tristeza y el gemido. Isaías 51:11
Quien posee la Corona de la Vida (la Salvación), tiene Alegría Eterna, que es mayor que cualquier otra cosa.
Dios quiere que huyan las tristezas y las desgracias de nuestra alma.
Y los tuyos reedificarán las ruinas antiguas; levantarás los cimientos de generaciones pasadas, y te llamarán reparador de brechas, restaurador de calles donde habitar. Isaías 58:12
Los que honran a Dios, serán bendecidos y exitosos, al igual que sus hijos y empleados.
Algunos son excelentes profesionales, pero nunca logran prosperar por su falta de compromiso con Dios.
Aquellos que son de Dios, reedifican con esfuerzo, trabajo y empeño las cosas que fueron arruinadas.
Dios nos invita a llamarnos de reparadores y no de murmuradores, críticos ni vagos; la decisión final está en cada uno.
Aconteció que después de estas cosas, Dios probó a Abraham, y le dijo: ¡Abraham! Y él respondió: Heme aquí. 2 Y Dios dijo: Toma ahora a tu hijo, tu único, a quien amas, a Isaac, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. 3 Abraham se levantó muy de mañana, aparejó su asno y tomó con él a dos de sus mozos y a su hijo Isaac; y partió leña para el holocausto, y se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho. Génesis 22:1-3
Cuando uno dice “Heme aquí”, se refiere a “estoy aquí para hacer todo lo que me pidas”, entregando nuestro pasado, presente y futuro en Sus manos.
Cuando Dios nos pide algo, tenemos que ir y hacerlo; no debemos preguntar, cuestionar ni tener dudas.
Y el Señor Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás? Y él respondió: Te oí en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí. Génesis 3:9-10
Aún sabiendo todo el tiempo dónde se encuentran, Dios llama y le pregunta “¿dónde estás?” a cada apartado, con el fin de que asuman su estado real.
Dios creó todo para el ser humano para que nosotros lo disfrutemos.
Él nos pide sacrificios y entregas para que materialicemos ese amor con actitudes, decisiones y prioridades.
Dios quiere que despertemos y dejemos de engañarnos a nosotros mismos.