Arnaldo Durán, tenía dos problemas, estaba enfermo y era orgulloso. Él es periodista desde hace casi 50 años, pero juzgó mal el trabajo de la Universal y comenzó a frecuentar la Iglesia para espiar, hasta que le diagnosticaron la enfermedad de Machado-Joseph y supo que viviría prácticamente en estado vegetativo.
Él fue sincero al afirmar: “Necesité ser humilde”. Durante las reuniones, ni siquiera podía cerrar sus ojos estando en pie, porque se mareaba y corría el riesgo de caerse. Pero un día usó la fe y obedeció, ese día se mantuvo pie sin ayuda.
Su enfermedad había avanzado y no podía hablar. Hizo un voto con Dios por su salud, pero se dio cuenta de que lo más importante que tenía era su voz, se la ofreció al Señor e inmediatamente la recuperó.
Sin embargo, lo fundamental para él fue conocer a Dios: “La Iglesia Universal me enseñó a hablar con Dios … En la eternidad, continuaré siendo Su siervo, porque aprendí a glorificarlo”, comenta.
Él tenía dos problemas: la enfermedad y el orgullo, el primero se resolvió después de superar el segundo. Cuando se humilló delante de Dios y obedeció la orientación fue curado. Después tomó la decisión de entregar lo más valioso para ser bautizado con el Espíritu Santo. Él pensaba que eran sus equipos de trabajo, pero no, lo que más amaba era su voz. Él entregó su tesoro, tal como dice en el libro de Mateo 6:19-21: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”. Es por eso que el domingo 26 a las 9:30 h, estaremos finalizando el Ayuno de Daniel y el Obispo Macedo estará desde el Monte Hermón ministrando el recibimiento del Espíritu Santo, en Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más cercana a usted.
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