Celia llegó a la Universal muy enferma, tenía principio de leucemia, sin embargo, a través de su fe logró la respuesta de Dios que tanto necesitaba.
“Tenía leucemia y una anemia fulminante, gastritis, úlcera sangrante y dolores de cabeza y estomacales. Además era atormentada espiritualmente y en mi matrimonio había muchas peleas, muchas discusiones. Llegamos a maltratarnos con violencia física, mi cuerpo estaba lleno de sangre y la cara siempre marcada. Había muchos gritos, era un tormento mi matrimonio. Él me era infiel, yo era muy celosa y lo maltrataba constantemente.
Estábamos en una situación de miseria extrema, había mucha humillación, no teníamos trabajo por lo que dependíamos de los vecinos y de comedores comunitarios. Íbamos a los volquetes de la basura a revolver para poder sacar verdura y fruta, para poder darle de comer a nuestros hijos.
Cuando llegué a la Universal, estaban hablando de la Hoguera Santa, yo pensaba en qué iba a poder sacrificar, si no tenía nada. Entonces, empecé a generar mi sacrificio. Me costaba mucho, porque mi familia me cuestionaba porqué estaba haciendo el sacrificio, pero ellos vieron que Dios restauró mi salud.
Seguí perseverando en la Hoguera Santa y espiritualmente fui libre de lo que me afectaba, incluso el matrimonio fue bendecido. Estamos más juntos que nunca, ahora tenemos diálogo y en mi casa hay paz.
Conquisté la casa propia con todos los muebles nuevos, una casa con todos los beneficios para mis hijos, y una casa frente al mar donde pasamos las vacaciones. Tenemos dos negocios, una guardería de camiones y un lavadero de autos, incluso conquistamos dos vehículos. Esto no sería posible sin la Hoguera Santa”.
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