Proteger a los hijos de las situaciones de riesgo es algo normal para los padres. Sin embargo, muchas madres tienen dificultades para saber cuándo dejar que sus hijos tomen sus propias decisiones.
Al no conocer los límites, ellas intentan controlar todos los pasos de hijos. Ese comportamiento llega a ser nocivo e impide a sus hijos elegir su camino. La psicológa Salma Cortéz asegura: “Decidir por los hijos no es adecuado pues los padres acaban impactando en la disminución de la autoestima y contribuyendo a la tensión en la relación. Incluso pueden generar que somaticen a través de enfermedades”.
Luciano Gomes dos Santos, profesor de psicología social, explica que la sobreprotección perjudica la relación: “La sobreprotección destruye la posibilidad de construir una crianza autónoma y de sociabilizar. Eso puede llevar a los hijos a tener trastornos, estrés y depresión”, enumera. Los padres sobreprotectores, principalmente madres, intentan cuidar a sus hijos para que no pasen por las mismas frustraciones que ellos pasaron. Este tipo de padres suelen ser ansiosos, inseguros y suelen tener problemas de pareja”.
Qué hacer
Los psicólogos aconsejan que los padres estimulen a sus hijos a ser independientes desde su infancia. Eso no significa dejar a los niños libres para hacer lo que quieren: “El límite es comparar el riesgo que corren frente al aprendizaje que la situación puede traer”.
Los padres necesitan equilibrar la interferencia en la vida de sus hijos: “Ellos deben entender que crecerán y si les piden una opinión, los padres deben ayudar con sabiduría, lo mejor es orar y confiar en Dios”, opina el Obispo Francisco Decothé.