Muchas personas salen de sus países de origen y pagan grandes cantidades de dinero para cruzar una frontera…física, por un sueño americano. ¿Y que garantías tienen? Ninguna, 0.000…!!!
Sin embargo, ellos tienen “certeza” de que si entran, la vida “cambia”!!! Es fe, no obstante, sin garantías, visión, seguridad…
Entretanto, estas mismas personas no ven el sacrificio para Dios como algo necesario para cruzar la frontera…
…de criatura… a Hijo…
…de miseria… a Prosperidad…
… de enfermedad… a la Salud…
… del fracaso sentimental… a la Realización Sentimental…
… de la depresión, opresión… a la Liberación…
… de maldición… a la Bendición…
… de la condenación… a la Salvación…
El Altar nos da todo lo que el sacrificio de cruzar una frontera física no puede dar:
VISIÓN: nos hace soñar correctamente.
FUERZA: disposición independientemente de las circunstancias.
CORAGE: no espera por nada ni nadie.
SEGURIDAD: garantía que se cumplirá lo Prometido por el Dueño del Altar.
Está prometido que quien sacrifique (entregar, confiar su vida por completo) sobre la Roca (el Señor Jesús, el Altar del Sacrificio), jamás será confundido (Romanos 9:33), pues se trata de la Piedra Angular, inamovible, fija.
No será confundido con un débil…
…depresivo,
…enfermo,
…miserable,
…solitario,
…triste,
…violento,
…inconstante,
…amargado,
…traumado,
…miedoso,
…vengativo,
…ansioso,
…indefinido,
…hipócrita,
…y la lista sigue…
Pero para poder dar el grito de guerra: “Yo soy fuerte!“, es necesario primero transformar las rejas de arado en espadas y las podaderas en lanzas. Es decir, en cuanto no transformo mi pan de cada día (salario, bienes, ingreso de rentas…) en sacrificio para Dios, no debo esperar que Dios transforme mi condición. Dios sólo hará Su parte (lo imposible) después de que yo haga lo dificilísimo, mi sacrificio, materialice mi fe.
Entonces venga al Altar, y vuélvase FUERTE de verdad!!!
Ob. Julio Freitas
— ¡Eia!