El apóstol Pablo, dirigido por el Espíritu Santo, dijo: “Cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta…” (1 Tesalonicenses 5:3)
Para intentar neutralizar la democracia, una de las organizaciones de Babilonia creó y financió el comunismo, pues este sería un sistema totalitario, por lo tanto, fácil de ser controlado.
Solo que, como dice el dicho popular, “le salió el tiro por la culata” y el comunismo terminó siendo una espina en la garganta de Babilonia. Es como dice la Biblia: “Que frustra los pensamientos de los astutos, para que sus manos no hagan nada; que prende a los sabios en la astucia de ellos, y frustra los designios de los perversos.” (Job 5:12-13)
También el Señor Jesús, refiriéndose a aquellos días, dijo: “…Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en Mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán.” (Mateo 24:4-5) ¿Quién se hará llamar “el Cristo”? ¡Justamente el anticristo! Y a través de esta mentira engañará a muchos.
Cuando el anticristo venga sobre el caballo blanco, prometiendo la paz e incluso convenciendo al mundo de esta falsa paz, la humanidad creerá que la Era de la Paz llegó.
Y cuando el mundo esté desarmado de la fe en Dios, el engañador descargará su furia contra las naciones, que nada sospechan, sumergiendo así al mundo en la Tercera Guerra Mundial.
Es la apertura del segundo sello, el caballo rojo. Podemos observar que la apertura del primer sello revela una preparación para la apertura de los siguientes sellos.
La manifestación del anticristo hará que la humanidad sea engañada por su proyección de paz. Alcanzará la simpatía y la credibilidad de las naciones, que, a su vez, están hartas de tantas guerras, revoluciones, muertes y violencia.
Por eso, el anticristo será abrazado de cuerpo, alma y espíritu, como si fuese el propio Cristo, pues su aparente característica es la de un hombre de Dios. Él se engrandecerá en su corazón y a través de la paz destruirá a muchos. El profeta Daniel, refiriéndose a esto, dijo:
“Con su sagacidad hará prosperar el engaño en su mano; y en su corazón se engrandecerá, y sin aviso destruirá a muchos; y se levantará contra el Príncipe de los príncipes, pero será quebrantado, aunque no por mano humana.” (Daniel 8:25)
Existe abundante literatura del fallecido teólogo español Alberto Rivera Romero (número de registro general de identidad: 42.465.323 – Dirección General de Seguridad, Equipo 126 – registro número 107048 – España).
Él fue entrenado no para enseñar la Biblia, sino para ser una especie de terrorista de la inteligencia babilónica, infiltrándose en las iglesias evangélicas, con la finalidad de destruir la fe cristiana.
Este hombre fue intensamente preparado, desde los siete años de edad, por sacerdotes de Babilonia. Durante décadas de estudios, tuvo el acceso a la mayor y más completa biblioteca del mundo, que está ubicada exactamente en el subsuelo de uno de los grandes monumentos religiosos de Europa.
Son muchos kilómetros de túneles, con millones de libros y documentos conteniendo informaciones detalladas sobre los acusadores que trabajaban como espías de Babilonia, de las indefensas víctimas, de las torturas y de las ejecuciones.
Fue de allí que él recolectó informaciones sobre los orígenes de Babilonia, desde los principios de la humanidad. Según él, Satanás decidió desarrollar un sistema religioso oculto, que controlaría todo el mundo.
(*) Fragmento extraído del libro “Estudio del Apocalipsis”, del obispo Edir Macedo
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