La persona es bautizada en el Espíritu Santo después de haber “nacido de nuevo” al haberse arrepentido de sus pecados (Juan 3:3). Sin embargo, para que el bautismo suceda, debe inspeccionarse a sí misma y reconocer sus errores.
“Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y entonces coma del pan y beba de la copa.”
1 Corintios 11:28 (LBLA)
Un autoexamen puede revelar lo que los ojos físicos generalmente no ven. De la misma manera que un estudio médico muestra el estado de salud de un paciente, una introspección revela el estado espiritual.
Por lo tanto, la persona debe realizar este autoanálisis de manera minuciosa para que, al comparar su propio estado espiritual y sus actitudes con las enseñanzas bíblicas, el Espíritu Santo pueda darle el don del arrepentimiento. De lo contrario, aunque tenga el título de “cristiana”, no logrará tener la naturaleza Divina.
21 días de introspección
A través de este Ayuno de Daniel, todos tienen la oportunidad de realizarse un examen espiritual y comprobar su condición actual. Muchos, al no tener este hábito, cometen el error de mirar las fallas y los pecados ajenos y, por ese motivo, descuidan su alma.
Si este es su caso y usted aún no fue bautizado con el Espíritu Santo, este propósito lo ayudará a enfocarse en buscarlo y encontrarlo. Si usted ya Lo recibió, aproveche esta oportunidad para mantener la llama del Espíritu Santo encendida en su interior.
Para saber más sobre el Ayuno de Daniel, lea este artículo.