Periódicamente, el IPCC presenta un nuevo informe sobre las consecuencias del cambio climático. En esta ocasión, el trabajo detalla los escenarios futuros para todo el planeta. En el caso de la Argentina, se prevén cambios en las precipitaciones, retroceso en los glaciares y un descenso en los rendimientos de la producción agrícola.
Más específicamente, el informe pronostica aumentos en las precipitaciones en el centro y norte del país, un incremento en la duración y frecuencia de las sequías en el Oeste y en el Sur, la multiplicación de eventos climáticos extremos e incrementos en las enfermedades de los cultivos.
¿Qué es el calentamiento global?
Se entiende por calentamiento global a la elevación de las temperaturas medias del planeta que se produce por la emisión de gases como el CO2 (dióxido de carbono).
Este aumento en la temperatura provoca el derretimiento de las grandes masas de hielo, variaciones en las corrientes oceánicas, modificaciones en las precipitaciones (para más o para menos, dependiendo de la zona), entre otros fenómenos. Eso modifica los diferentes hábitats en los que el hombre desarrolla sus actividades. En la zona cordillerana, particularmente en Mendoza, hay retracción de los glaciares y disminución de las precipitaciones de hasta un 50%. La situación es crítica con sequías en el norte de la Patagonia y tiene una incidencia muy marcada en la disponibilidad de agua de la región.
Consecuencias a la vista
En los últimos días, por ejemplo, Neuquén sufrió la peor tormenta de los últimos 40 años, en la que en pocas horas llovieron 118 milímetros, lo mismo que la provincia debería recibir en todo un año. En una buena parte del territorio nacional se registraron fuertes precipitaciones, que obligaron a la evacuación de unas 3000 personas, la suspensión de clases y del servicio de transporte público.
El pronóstico para los próximos años sigue siendo desalentador.
Para retrasar este efecto hay que reducir drásticamente el consumo de combustibles fósiles. Eso se logrará generando energía desde fuentes renovables, como el viento, la luz solar y el agua. El mundo entero está más que retrasado en la implementación de estas prácticas y sigue apostando por el gas, el carbón y el petróleo.
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