La Hoguera Santa es la oportunidad de alcanzar lo imposible. Los oídos de Dios están atentos para salvar a quienes están buscando con desesperación una oportunidad para ser libres de lo que los oprime.
Victoria conoció el poder de Dios en el peor momento de su vida. Le quedaba poco tiempo y su esperanza se iba apagando junto con su vida:
“Me detectaron cáncer de tejido, el cáncer estaba en todo mi cuerpo. Tenía tumores malignos en las mamas, en las axilas y en la tráquea. Además, tenía una infección en los oídos.
La enfermedad me estaba consumiendo, mis tendones estaban destruidos, no podía caminar. Tuve dos cirugías de oído, pero el dolor no desapareció. Empecé a tener fiebre, cada día estaba peor y los dolores de cabeza eran constantes.
Era insoportable, me dolían las mamas y todo el cuerpo, llegué a darme la cabeza contra la pared porque prefería que me doliera la cabeza.
Mi cáncer llegó a un grado 4, cada vez me salían más tumores y mi desesperación crecía. Tenía que empezar con la quimioterapia porque la enfermedad estaba matándome.
Así llegué a la Universal, y por medio de una invitación descubrí que tenía la oportunidad de seguir viviendo. A los dos meses escuché hablar de la Hoguera y sin dudar agarré mi sobre para sacrificar. Incluso antes de entregar mi sacrificio, Dios me respondió. En esa semana fui al médico y me dijeron que estaba completamente sanada.
Los estudios demuestran que mi piel, mi subcutáneo están limpios. Puedo caminar normalmente, ya no tengo más dolores de oído, ni dolores de cabeza, ya no tengo fiebre. Todos mis tumores desaparecieron, gracias a Dios”.
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