“Ante la aparición reiterada de personajes haciendo uso de cigarrillos electrónicos en ficciones televisivas que se emiten en horario central, se recuerda que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) prohibió la comercialización de ese producto en el país en 2011 por considerar que «no existe evidencia suficiente para concluir que sea una ayuda eficaz para dejar de fumar» ni hay «pruebas suficientes que determinen que es seguro para el consumo humano»”, afirma un comunicado del Ministerio de Salud.
El responsable del Programa Nacional de Control de Tabaco, doctor Jonatan Konfino, comentó a La Nación que se percibe que de a poco se está naturalizando el uso del cigarrillo electrónico. Como su venta está prohibida desde 2011, en nuestro país se está vendiendo ilegalmente a través de sitios de compra y venta en Internet, y de blogs que promueven su consumo. Su costo es de 700 pesos en adelante.
Un argumento de promoción es que sirve para dejar de fumar, que reemplaza al cigarrillo común. Sin embargo, no existen estudios que demuestren que el dispositivo electrónico cumple con esa promesa. Todo lo contrario. “No existe controversia alguna: no hay estudios que demuestren que se trata de una estrategia recomendada para dejar de fumar en ninguna parte del mundo, ni forma parte de las que aconseja el Ministerio de Salud -precisó Konfino-. Es un dispositivo que posee sustancias aromatizantes, alcoholes y, también, nicotina, que no es inocua y es muy adictiva, además de que su consumo aumenta la presión y la frecuencia cardíaca, entre otros efectos adversos.”
“Ya no necesito fumar para sentirme mejor”
Si bien existe un mito en torno a que el cigarrillo ayuda a lidiar con la ansiedad, este hábito conduce a un consumo excesivo que deteriora la salud de quien opta por fumar. Alejandra estaba rodeada de problemas y eso la hacía fumar a diario, lo cual afectó su salud. “Sufría de taquicardia y a veces me faltaba el aire por los nervios, por los problemas en mi casa. Fumaba más de dos paquetes de cigarrillos por día, peleaba mucho con mi hija mayor al punto de golpearnos. Era una persona totalmente frustrada en todos los aspectos de mi vida”, cuenta.
Alejandra estaba cansada de esa vida, no había una salida, pensaba en suicidarse, así terminaría con tanto sufrimiento. “No quería dejar solos a mis hijos, así que primero los mataría a ellos”, recuerda. Antes de que cometiera esa locura su hermana la invitó a la Universal. Al participar de las reuniones con fe todo fue cambiando. “Encontré la solución a mis problemas, todo en nuestras vidas cambió. Ya no necesito fumar para sentirme mejor, nuestra familia tiene paz y felicidad, fuimos restaurados gracias al Señor Jesús.”, finaliza feliz.
Todos los domingos a las 15 se realiza una reunión para quienes desean ser libres de los vicios. Lo esperamos en Av. Corrientes 4070.
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