Usted no escucha hablar mucho sobre este tema, pero está presente todo el tiempo, en toda y cualquier relación. Hemos visto desequilibrio de poder en muchos matrimonios que aconsejamos, y cuán destructivo puede ser.
Los matrimonios felices buscan practicar el equilibrio del poder en la relación. Viven en un espíritu democrático, donde ambos actúan equilibradamente en las decisiones y en los temas importantes para el matrimonio.
Mientras tanto, donde hay desequilibrio, tiende a haber infelicidad. El que mantiene el poder se siente en el derecho de hacer cosas que hieren a su compañero que, a su vez, sin poder, se siente frustrado y anulado.
En fin, las consecuencias son muchas y pueden variar desde un matrimonio sin alegría hasta el abuso físico, verbal y emocional, y también provocar una vida sexual insatisfactoria.
Pero ¿cómo saber quién tiene más poder en la relación? Responda a estas preguntas con sinceridad.
Normalmente, la mayoría de las veces:
1. ¿Quién acostumbra ceder en la relación?
2. ¿Quién tiene más miedo de perder al otro?
3. ¿A quién le importa más la relación?
4. ¿Quién continúa castigando al otro, indefinidamente, por un error pasado?
5. ¿Quién decide cómo pasarán el día?
6. ¿Quién acostumbra salir impune de los errores más graves?
7. ¿Quién se siente superior, más capaz, inteligente, más independiente (incluya el aspecto económico)?
8. ¿Quién toma las decisiones que implican dinero?
9. ¿Quién tiene más autoestima / autoconfianza?
10. Cuando están en el auto, ¿quién decide qué tipo de programa/música van a escuchar en la radio?
11. ¿Quién acostumbra criticar al otro?
La persona identificada en las respuestas de 1 a 3, tiende a tener menos poder en la relación. La persona de las respuestas de 4 a 10 tiende a tener más poder. La respuesta 11 es un poco más complicada, ya que tanto uno como el otro pueden estar haciendo eso. La diferencia es que el que tiene poder en la relación critica porque puede; el que no tiene poder critica porque quiere llamar un poco la atención, o con el objetivo de mejorar la relación.
En una relación donde hay desequilibrio de poder, los dos se sienten más como adversarios que como compañeros. Si no se hace nada, la infelicidad es lo que va a prevalecer, mientras dure la relación, la cual probablemente terminará.
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