“Por consiguiente, el que rechaza esto no rechaza a hombre, sino al Dios que os da su Espíritu Santo.” 1 Tesalonicenses 4.8
Quien entre los hombres rechaza la impureza y la prostitución, por preferir obedecer los Consejos de Dios, éstos estarán con el corazón limpio para ser llenados con Su Santo Espíritu.