Pero examinando bien las palabras del Señor Jesús, con respecto al trabajo del Espíritu Santo como su sustituto, verificamos que la actuación de Él en los discípulos va más allá de consolar. Por ejemplo:
1) El Espíritu Santo vino para quedarse con los seguidores del Señor Jesús para siempre (Juan 14:16).
2) El Espíritu Santo no puede venir sobre los hijos del mundo o de aquellos que no siguen al Señor Jesús (Juan 14:17).
3) El Espíritu Santo no vino sólo para habitar con los seguidores del Señor Jesús, sino para estar dentro de cada uno de ellos (Juan 14:23).
4) El Espíritu Santo vino para enseñar todas las cosas a los seguidores del Señor Jesús (Juan 14:26).
5) El Espíritu Santo vino para recordar a los seguidores del Señor Jesús sus palabras (Juan 14:26).
6) El Espíritu Santo vino para convencer a los no seguidores del Señor Jesús de su mayor pecado: el rechazo a Jesús como único Señor y Salvador (Juan 16:8).
7) El Espíritu Santo vino para convencer a los no seguidores del Señor Jesús que Jesucristo es el Hijo del Dios Vivo, y que fue ofrecido en sacrificio para justificar a tantos como en Él creen de todo su corazón, con todas sus fuerzas y de todo su entendimiento (Juan 16:8).
8) El Espíritu Santo vino para convencer a los no seguidores del Señor Jesús que el padre y seductor de ellos, Satanás, ya está condenado al lago de azufre y fuego, donde será atormentado junto con todos sus seguidores, para toda la eternidad (Juan 16:8 y Apocalipsis 20:10).
9) El Espíritu Santo vino para orientar en toda la verdad a todos los que creen y obedecen las palabras del Señor Jesucristo (Juan 16:13).
10) El Espíritu Santo vino para decir todo lo que oyó y para anunciar las cosas que irán a suceder (Juan 16:13).
11) El Espíritu Santo vino para glorificar a su Hijo Jesús (Juan 16:14).
12) El Espíritu Santo vino para anunciar a los discípulos aquello que recibió del Señor Jesucristo (Juan 16:15).
Fragmento extraído del libro “Misterios de la Fe” del obispo Edir Macedo.