El pasado jueves 19 de marzo, el obispo Macedo realizó la Terapia del Amor en el Templo de Salomón y explicó cuán fundamental es la fe para los matrimonios.
“La Biblia dice: ‘Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor… ’, (Efesios 5:22). La mujer dice ‘¿yo, que le soy fiel a Dios, debo someterme a un hombre incrédulo que me es infiel, que es malo?’. ‘Yo gano más que él, ¿aún así debo someterme?’. He ahí el problema. La mujer suele ser más madura, inteligente y capaz que el hombre, que piensa como un adolescente, por eso es difícil obedecer esta palabra. ¿Quién la mandó a casarse con un hombre así? ¿Por qué no pensó en eso antes? La única forma de resolver ese problema es a través de la fe. Si usted quiere mantener ese matrimonio, no hay otra forma de resolver el problema que mediante la fe.
¿Por qué la mujer tiene que ser sumisa a su marido? Le guste o no, el marido es la cabeza, por eso no aconsejamos mezclar, no aconsejamos que una mujer madura se case con un niño porque no va a funcionar. Es como si la cabeza estuviera en los pies y los pies en la cabeza, no funcionará nunca. Si una persona quiere ser feliz debe estar dentro de la disciplina de Dios, tiene que vivir basando su vida en la fe, mi hogar es un pedacito de Cielo gracias a la fe.
‘… porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y Él es Su Salvador.’, (Efesios 5:23). Usted solo puede sostener su matrimonio a través de la fe, porque la fe incluye respeto mutuo, temor para con lo que viene de Dios, empeño de la palabra, fidelidad, honra, verdad y confianza. Mi vida está en el Altar, la de Ester también. Por eso nos conocimos en el Altar y nos casamos, y hace 43 años que nuestro matrimonio funciona. Por eso podemos orar por usted, tenemos algo de experiencia en nuestra relación, que se solidificó gracias a nuestra relación con Dios.
‘Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia…’, (Efesios 5:28-29). Cuando digo algo que ofende a Ester en un momento de relax me doy cuenta enseguida, ella no dice nada, pero mi interior se martiriza ‘¿por qué dije eso?’, siento dolor porque sé que ella está sufriendo. Si ella no está bien, yo tampoco lo estoy. Porque yo soy la cabeza y ella es mi cuerpo.
Sepa que su matrimonio depende de su fe y fe es sacrificio. Si usted, mujer, no logra someterse a su marido, deberá sacrificarse. Si usted, hombre, no logra amarla solamente a ella, deberá sacrificarse, para que sean un solo cuerpo y puedan tener un pedacito de Cielo dentro se su hogar.
Si eso no sucede, será una persona infeliz, porque si no hay paz, amor, consideración ni respeto dentro de casa, ¿dónde lo encontrará?”, explicó el obispo.
Participe este jueves de la Terapia del Amor a las 16 y especialmente a las 20 en Av. Corrientes 4070, Almagro.
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