Algunas personas creen que la justicia se obtiene por medio de la fuerza, por eso, cuando son víctimas de alguna maldad, responden con agresión y violencia. Sin embargo, si reflexionamos un poco, sería algo irónico exigir la justicia de los demás cuando, a su vez, están cometiendo actos injustos.
Hambre y sed de justicia
Ningún ser humano es perfecto, pero Dios se agrada de los que tienen “hambre y sed de justicia”, no de venganza, sino de hacer lo que agrada a Dios. A diferencia de lo que el mundo dicta, las personas que tienen un deseo profundo de alcanzar justicia son las que basan sus vidas en esta. Por lo tanto, son íntegras, honestas y se incomodan cuando cometen algún tipo de pecado.
“Porque los ojos del Señor contemplan toda la tierra, para mostrar Su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con Él…” 2 Crónicas 16:9
A algunas personas solo les interesa el resultado final de su reclamo de justicia, por tal motivo, ignoran los medios ejercidos para obtenerla. No obstante, ninguna causa, por más buena que sea, puede justificar las actitudes injustas.
Dios es el Justo Juez
Dios hará justicia al que procede con justicia. Por eso, si usted obedece las Sagradas Escrituras, confíe que el Señor lo defenderá porque Él nunca falla.