«¡Cuántos de los trabajadores de mi padre tienen pan de sobra, pero yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: “Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; hazme como uno de tus trabajadores”». Y levantándose, fue a su padre.
Y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión por él, Y CORRIÓ, SE ECHÓ SOBRE SU CUELLO Y LO BESÓ…» Lucas 15:11-28