Si observamos lo que la Biblia dice acerca de la trayectoria del Señor Jesús, vemos que Él asumió varias formas diferentes.
Inicialmente, Jesús vino como un carpintero y después se transformó en un gran pensador, que unió a las personas en Galilea y en Jerusalén por medio de un ideal.
Él fue crucificado y, al descender al infierno, arrancó la llave de Satanás, que esclavizaba las almas de las personas.
En Apocalipsis, en el Fin de los Tiempos, Cristo aparece de otra manera: “Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último.” Apocalipsis 22:13
Esa manifestación del Señor Jesús en Apocalipsis es muy similar a la del Dios Padre en el Antiguo Testamento de la Biblia: “Así dice el Señor Rey de Israel, y su Redentor, el Señor de los ejércitos: Yo soy el primero, y Yo soy el postrero, y fuera de Mí no hay Dios.” Isaías 44:6
Es decir, el Señor Jesús, ya glorificado, asume Su puesto con el Dios Padre.
La condición actual del Señor Jesús
El obispo Renato Cardoso, durante el encuentro del Estudio del Apocalipsis, realizado en el Templo de Salomón, destacó: “El Apocalipsis es la Revelación para los siervos. Y la primera revelación que Jesús les da es sobre Su nueva condición, después de la resurrección. La mayoría de las personas, cuando piensa en Jesús, piensa en un carpintero, piensa en el Jesús que hizo milagros. Esa característica no cambió (la de hacer milagros), pero la posición del Señor Jesús hoy es mucho más allá de aquella del Jesús que anduvo en Galilea y en Jerusalén. Jesús no fue simplemente un profeta, o un hombre bueno que dijo cosas lindas, hizo buenas obras y ayudó a los sufridos. Tampoco es solo el Hijo de Dios. En el Apocalipsis, Jesús se mezcla totalmente con el Padre y disfruta de la misma autoridad, poder y honra del Altísimo.”
Entonces, por medio de esta observación, vemos que el único camino para la Salvación espiritual es la creencia en el Señor Jesús.
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por Mí.” Juan 14:6
“Si usted no cree que el Señor Jesús es el propio Salvador, no hay salvación para usted. Como el mundo no puede negar la existencia de Jesús, el mundo, entonces, busca reducir la importancia de Jesús a la de un simple profeta, un hombre como otros que existieron en la historia”, advirtió el obispo.
Para comprender mejor la verdadera naturaleza del Señor Jesús para su vida, participe de un encuentro en una Universal más cercana a su casa.
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