En las lenguas semitas, como el hebreo, la palabra “Baal” quiere decir mayoral, dueño, señor, maestro, cabeza, y en el hebreo moderno, también significa marido.
Así, podemos comprender que el desafío de Elías no fue solo a un dios falso, a un ídolo entre otros, pues Baal era el mayoral de los dioses, el cabeza, el dominante a quien le eran ofrecidos los mayores sacrificios. Baal era considerado el superior entre todos los ídolos de la época.
Por lo tanto, desde este punto de vista, el desafío de Elías se torna todavía más relevante, ya que había todo un culto organizado con sacerdotisas de Baal.
Pero, Elías, siendo solo uno, desafía al “mayoral” (Baal) diciendo: “Si Baal es dios, seguidlo, pero si Elohim (Dios a quien todas las cosas se someten, esta es la raíz de Elohim) es Dios, ¡seguidlo! (1 Reyes 18:21)
La respuesta vino enseguida ante la falta de respuesta de un ídolo que no era dios, pero el Señor respondió con fuego (el elemento presente en todos los sacrificios, pues cuando el fuego aparecía de la nada, si que el hombre lo hubiese encendido, era porque algo sobrenatural estaba sucediendo), probando que Él sí es Dios – el Verdadero Mayoral.
Esta Hoguera Santa en la fe de Elías hoy es de igual modo un desafío, el Mayoral Dios de Israel va a hacer descender fuego en la vida de aquellos que rechazan a los Baalim (mayorales) de este mundo para confiarle sus vidas al Señor de todas las cosas.
¡Dios los bendiga!