Tim Tebow, ex estrella de fútbol americano, sorprendió a los pasajeros y a la tripulación de un viaje de avión de Altlanta, estado de Georgia, hacia Phoenix, estado de Arizonas, ambos en Estados Unidos.
El ex atleta tuvo una actitud noble, pero inusual. Cuando supo que uno de los pasajeros estaba descompuesto, y parecía un ataque cardíaco, él se levantó de su asiento y fue al encuentro de la víctima, que ya estaba siendo atendida por el equipo a bordo.
Lo que Tim hizo no fue solo una demostración de solidaridad, sino una demostración de fe. Pues, él no solamente fue a consolar a los familiares de la víctima, sino a unir su fe con la de ellos y orar por aquel hombre.
“Yo vi a un hombre en el pasillo. Era Tim Tebow. Él fue al encuentro de la familia que lloraba en su hombro. Yo vi a Tim orar con todo fervor por aquel hombre. Él buscó a Dios en un momento difícil”, escribió Richard Gotti, uno de los pasajeros, en una red social.
El hecho repercutió en las redes sociales y en varios sitios de noticias, mostrando lo inusual que es demostrar la fe en público, más cuando se trata de una celebridad.
¿Y usted tendría esa valentía?
Al contrario de muchos, Tim no se avergonzó de su fe. Pero lamentablemente, muchos de los que se dicen cristianos, famosos o anónimos, se dejan intimidar delante de situaciones como esta y pierden la oportunidad de mostrar el poder de Dios a través de una oración.
A ejemplo del apóstol Pablo, que sacaba provecho hasta de las prisiones para llevar la Palabra de Dios a todos cuantos pudiese, el jugador también supo sacarle provecho a la situación para mostrarle a aquellas personas la importancia del uso de la fe y la eficacia de una oración.
“Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado más bien para el progreso del evangelio, de tal manera que mis prisiones se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás. Y la mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor.” (1 Filipenses 1:12-14)
En el libro de 2 Timoteo, capítulo 4, versículo 2, el apóstol también aconseja: “que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.”
Vale la pena recordar las palabras del Señor Jesús:
“Porque el que se avergonzare de Mí y de Mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en Su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles.” (Lucas 9:26)
Si usted tiene algún problema de salud o conoce a alguien que sufre, participe este viernes en la Universal más cercana a usted.
[related_posts limit=”17″]