Es duro imaginar a personas que una vez fueron libres de múltiples enfermedades y, hoy, como si nada hubiera pasado, están viviendo en un pedacito del infierno.
Apartados, ex obreros, ex pastores, ex esposas de pastores y hasta ex obispos y sus respectivos familiares.
A causa de la lealtad a los principios de la fe, traían consigo la imagen de Dios y ayudaron a liberar a muchos sufridos y desesperados.
A pesar de las luchas, se encontraban bien física y espiritualmente. Después de todo, servían a Dios, tenían una vida estable y gozaban de la excelsa paz.
Hoy, llevan en sí la imagen del mal. Disgustados con la vida, sin esperanza, sin paz, avergonzados y, lo peor de todo, sin la certeza de la salvación.
A algunos les fue bien económicamente, pero nada que supere la vida de siervo del Señor. Mientras que la mayoría está comiendo las sobras con los cerdos.
¡No vamos a olvidarlos! Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para traerlos de vuelta a la Casa del Padre.
Pero no podemos ignorar los hechos en medio de Israel. Son una referencia para nuestra fe.
Coré, Datán y Abiram fueron tragados por la tierra juntamente con sus respectivas familias, tiendas y todos los que los seguían, por haberse rebelado contra Moisés y Aarón.
Creemos que, de la misma forma, muchos ex están siendo tragados, en dosis homeopáticas, por el infierno.
Ya que vieron todas las grandes obras que hizo el Señor y, aún así, no temieron hablar en contra de los siervos de Dios. Lea Números 16:1-35.
“¡Oh Señor, esperanza de Israel! Todos los que Te dejan serán avergonzados; y los que se apartan de Mí serán escritos en el polvo, porque dejaron al Señor, manantial de aguas vivas.” Jeremías 17:13
Por lo tanto, tocamos las trompetas, en el Nombre del Señor Jesús, para convocar a miembros, obreros, pastores, obispos y familiares, en fin, a toda la Tribu Universal para ayudarnos a salvar a los ex. Ya estamos suplicando al Señor para que los guarde.
Me gustaría apelar a los lectores para orar y ayunar en este sentido, además de comprometerse a buscar a tales ovejas perdidas, antes de que tengan sus nombres transferidos del Libro de la Vida al polvo.
Puede buscar una iglesia haciendo clic aquí o pedir a un obrero que lo lleve a la Universal más cerca de su casa.
Mensaje extraído del blog del obispo Macedo [fotos foto=”Cedida / Thinkstock”]
[related_posts limit=”7″]