Al preguntarle si pocos serían salvos, Jesús respondió:
“Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.” Lucas 13:24
Los números no mienten.
De los dos hijos de Adán y Eva, apenas uno fue salvo: Abel;
De los tres hijos de Noé, apenas Sem fue separado;
De los siervos de Abraham, apenas 318 eran nacidos en casa;
De los hijos de Abraham, apenas Isaac fue separado para Dios;
De los hijos de Isaac, apenas Jacob fue separado;
De los trece hijos de Jacob, apenas Judá fue escogido para la genealogía de Jesús;
Durante la mortandad en Egipto, solo Moisés escapó;
De los 32.000 hombres en Israel, apenas 300, (menos del 1%) fueron escogidos para salvar a su pueblo;
En la época del profeta Elías Dios conservó a 7000 hombres de todo Israel que no se inclinaron ante Baal;
De los 10 leprosos curados, solo uno volvió para agradecer;
De los 12 apóstoles, uno se desvió;
De los 3 siervos, uno fue desobediente y condenado al Lago de Fuego y Azufre;
De las 10 vírgenes, apenas 5 mantuvieron la salvación y entraron en el gozo del Señor.
La parábola del sembrador registra que de cada 100 que oyen la Palabra de Dios, apenas 25 son salvos.
Los números confirman que muchos procurarán entrar y no podrán.
“Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán.” Lucas 13:24
Y usted, mi querido, ¿es uno de los pocos o uno de los muchos?