Una institución de enseñanza superior en capellanía que se encuentra en el Estado de Florida, en Estados Unidos, Cela International University, le entregó el certificado de international police chaplain minister (ministro de capellanía internacional, en traducción libre) al Obispo Edir Macedo, el pasado 5 de octubre. El presidente de la Institución, Gabriel Kost, le dio el título en reconocimiento a la dedicación y al esfuerzo del Obispo Macedo en ayudar a los desamparados. La Universal llegó al país hace casi 30 años e inauguró su primer centro de ayuda en New York.
Ser capellán en Estados Unidos permitirá la actuación constitucional del Obispo Macedo para el desarrollo de la asistencia espiritual en penitenciarias, universidades, hospitales y otras instituciones del país. Él podrá, por ejemplo, realizar oraciones en escuelas y promover acciones en penitenciarías.
Cela International University ya graduó, desde el 2012, a más de 600 capellanes y promueve el desarrollo de la curiosidad intelectual por la Biblia, actividades y servicios de ayuda al prójimo, promoción de análisis y pensamientos críticos sobre la humanidad, entre otras acciones.
Trabajo que vale la pena
Ebner Sanchez, de 28 años, que vive en Estados Unidos, es uno de los ejemplos de las personas que fueron ayudadas por la Universal en el país. Aun en la infancia, sufrió mucho con problemas familiares: “Mi vida era un caos, sufrí desde temprano con ansiedad crónica y depresión. Tomaba comprimidos para el nerviosismo con solo 13 años”, recuerda. Ebner cuenta que posteriormente a su madre le diagnosticaron cáncer y que solo tenía tres meses de vida. “Con esos problemas, recibí una invitación para ir a la Universal y fue allí que mi vida comenzó a cambiar”, dice. En la Universal, Ebner pidió que Dios curara a su madre y fue eso lo que sucedió. Cuando los médicos fueron a hacerle la cirugía, el cáncer ya no estaba más en su cuerpo, había desaparecido. Ella estaba curada
Desde entonces, Ebner concurre a los encuentros de la Universal en el Estado de Florida, en Estados Unidos. “Me casé con una mujer maravillosa y ahora tengo un hijo. Hoy, soy gerente de una gran empresa. En mi casa hay alegría, amor y prosperidad. Me pregunto si estas conquistas habrían sido posibles sin Dios. Y enseguida me respondo que no. Porque Dios ha sido mi fuerza y mi confianza”, destaca Ebner.