El diablo no tiene ningún poder en muchas cosas, pero es importante entender cómo trabaja en la vida de las personas, incluso en la de los cristianos.
Él no puede impedir que nadie vaya a la iglesia, lea la Biblia, conozca la verdad y forme una relación con Dios, pero puede crear situaciones en las que, sin percibirlo, nos manipula para que hagamos todo lo que él quiere. Él es el padre de la manipulación. Las distracciones surgen de todos lados y, así, somos como muñecos en sus manos.
Hasta van a la iglesia, pero tiene muchas responsabilidades, tantas cosas para hacer incluso dentro de la iglesia y ya no tiene tiempo para invertir en la relación con Dios. Muchas veces estamos tan ocupadas con cosas innecesarias y ocupamos nuestras mentes todo el tiempo, ni pensamos, todo se pone en “piloto automático”. Nuestra mente está anestesiada por las burradas. Todas las salas de espera del médico están llenas de revistas para entretenernos. En el auto, son las radios con noticias de chismes, música que influencia nuestras actitudes, fotos de productos que nos estimulan a comprar, otros que nos manipulan para que seamos de una forma perfecta, prácticamente imposible, y luego viene la frustración con lo que realmente somos. Son influencias externas que acaban con nuestro interior. Esa manipulación, casi imperceptible, nos ataca por todos lados.
Por eso, necesitamos despertarnos e invertir en nuestra relación con Dios. ¡Usemos el Ayuno de Daniel para eso y vamos a acabar con el diablo! No podemos ser personas religiosas. Eso es importante que entiendan, necesitamos entender la razón del ayuno, su objetivo y actuar deforma que alcancemos nuestro objetivo.
Comparta diariamente su experiencia espiritual durante los 21 días de abstinencia de las cosas del mundo en el facebook del Ayuno. ¡Cuente cómo Dios está cambiando su vida! https://www.facebook.com/21dias
Texto extraído del blog de Nanda Bezerra.