Hace 42 años, PK Mahanandia conocía a la turista Charlotte Von Schedvin. Ella había salido de Suecia en un viaje de 22 días por Europa y países de Medio Oriente hasta llegar a la India. En esa época, él era un joven artista, conocido por sus retratos realizados en 10 minutos, y la curiosa turista le pidió que haga su retrato.
Se hicieron amigos y Charlotte fue invitada a pasar unos días en el pueblo donde vivía la familia del artista. Pocos días después, estaban enamorados. Se casaron de acuerdo con las tradiciones de la tribu local a la que pertenecía PK Mahanandia. Sin embargo, la joven sueca tuvo que volver a su casa, pero no antes de que el joven artista le prometiera que iría a Suecia.
“Yo estaba pedaleando por amor, pero nunca me gustó pedalear”
El indio sabía que no tendría dinero para viajar en avión hasta el país nórdico. Pasó más de un año y los dos se mantenían en contacto a través de cartas. Sin embargo, él también sabía que, si su amor era verdadero, no podía romper la promesa que le hizo a la mujer que eligió como esposa, aunque eso exigiera un sacrificio.
Pk Mahanandia vendió todo lo que tenía y compró una bicicleta. Su viaje rumbo a Suecia comenzó el 22 de enero de 1977. Haciendo retratos a cambio de comida, refugio y algo de dinero y pedaleando unos 70 kilómetros por día, el artista llegó a su destino 5 meses después.
“Hice lo que tenía que hacer”
El grado de compromiso en una relación está proporcionalmente unido al grado de dificultad que enfrenta el hombre para conquistar a la mujer. En el caso de PK Mahanandia él primero viajó más de 5.500 kilómetros para encontrar a Charlotte y después, enfrentó la difícil tarea de impresionar a sus padres. Y se casaron oficialmente en Suecia.
Él tuvo una actitud consciente y voluntaria, no un mero sentimiento. Se sacrificó, vendió sus pertenencias, compró una bicicleta, a pesar de que no era el medio de locomoción que a él le gustaba, y, con determinación y compromiso, fue a buscar a la mujer que le interesaba y a quien le había prometido el reencuentro.
“Amar es sacrificarse por el beneficio de quien es amado. Por lo tanto, no es un sentimiento, sino una decisión marcada por la negación de su propio yo. Para quien ama, el bien de la persona amada es más importante que cualquier interés personal. Por eso, el verdadero amor es más que sexo, regalos, o declaraciones románticas”, dice el escritor Renato Cardoso, en un texto publicado en su blog.
Cuando le preguntaron cuál fue la motivación para realizar esa travesía pedaleando, PK Mahanandia respondió: “Hice lo que tenía que hacer. No tenía dinero, pero tenía que encontrarla. Yo estaba pedaleando por amor, pero nunca me gustó pedalear. Es simple.”
Hoy, 40 años después, la pareja vive con sus dos hijos en Suecia y fue lanzado el libro de esta historia de amor y sacrifico.
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Participe también de la Terapia del Amor, los jueves a las 10, 16 y 20h, en la Universal de Almagro, Av. Corrientes 4070 o ingrese aquí para conocer la dirección de la iglesia donde se lleva a cabo la terapia.
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