Las malas compañías están en todas partes. No importa si hablamos de barrios ricos o pobres, escuelas privadas o públicas, empresas grandes o pequeños emprendimientos; incluso dentro de las iglesias es posible encontrar tanto buenas como malas influencias.
La Biblia es clara y directa al advertirnos sobre el impacto que puede tener nuestro entorno. El Espíritu Santo nos recuerda:
“No os dejéis engañar: Las malas compañías corrompen las buenas costumbres”. 1 Corintios 15:33
Cuando una persona se rodea de quienes no temen a Dios, que viven en la incredulidad o en la comodidad espiritual, inevitablemente corre el riesgo de adoptar esas mismas actitudes.
El corazón humano, por naturaleza, es influenciable. Incluso hay un estudio que indica que somos el promedio de las 5 personas que nos rodean, por eso la importancia de rodearnos de personas que sumen a nuestra vida espiritual.
Fundamentos Bíblicos sobre este peligro
A lo largo de las Escrituras, vemos muchas advertencias sobre las consecuencias de relacionarse con quienes no comparten la misma fe ni los mismos valores:
- Éxodo 34:12-16 – No hacer alianzas con pueblos paganos.
- Deuteronomio 7:2-4 – Peligro de unirse en matrimonio con personas que no temen a Dios.
- Josué 23:12-13 – Las consecuencias de mezclarse con naciones idólatras.
- 1 Reyes 11:1-4 – Salomón y su caída a causa de alianzas indebidas.
El ejemplo del Pueblo de Israel: una lección que actualmente se repite
En el Antiguo Testamento, observamos que, una y otra vez, Israel desobedeció las advertencias de Dios. A pesar de las claras instrucciones de no mezclarse con otras naciones y sus costumbres, el pueblo se dejó llevar por las malas influencias externas y terminó alejándose de Dios.
“Mas ellos no escucharon ni inclinaron su oído, sino que anduvieron en sus propias deliberaciones y en la terquedad de su malvado corazón, y fueron hacia atrás y no hacia adelante”. Jeremías 7:24
Por eso, es importante vigilar, manteniendo la Fe, el Temor y la Santidad para no contaminarse, dando lugar a la debilidad espiritual, como la comodidad, la irresponsabilidad, la indisciplina, los malos pensamientos, el desánimo, los malos ojos, la duda, entre otras influencias negativas.
¿Por qué Dios insiste en esta advertencia?
Detrás de esta advertencia no hay un deseo de aislamiento en sí, sino propósitos espirituales muy concretos:
• Preservar la Santidad del Pueblo de Dios:
Dios desea un pueblo apartado, separado solo para Él.
• Evitar la idolatría y la contaminación espiritual:
Las alianzas con personas o culturas alejadas de Dios llevan inevitablemente a adoptar sus prácticas.
• Mantener la dependencia exclusiva en el Señor:
Cuando confiamos en alianzas humanas, dejamos de depender de Dios.
El llamado a mantenerse firme y separado
Dios nos llama a ser luz en medio de las tinieblas, no a mezclarnos con ellas. Como dice Su Palabra:
“Y no participéis en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien, desenmascaradlas…”. Efesios 5:11
“Por tanto, salid de en medio de ellos y apartaos, dice el Señor; y no toquéis lo inmundo, y Yo os recibiré”. 2 Corintios 6:17
Esto no significa que debamos despreciar a los demás, sino que debemos tener cuidado de no dejar que su estilo de vida nos contamine o influencie hacia el mal.
Preguntas para reflexionar
Respondé con honestidad:
• ¿Quiénes forman parte de tu círculo íntimo?
• ¿Son personas que suman o restan a tu vida espiritual?
• ¡Nos vemos en la IURD o en las Nubes!
Obispo Julio Freitas