Un estudio muestra que la mayoría de los narcisistas son hombres con exceso de autoconfianza, pero la Biblia muestra que esta vanidad precede a la caída
Un estudio reciente, publicado en la revista académica Sex Roles, reveló que la mayoría de los hombres narcisistas presentan un comportamiento autosuficiente, son socialmente dominadores y agresivos. La investigación indica que cerca del 75 % de las personas diagnosticadas con trastorno de personalidad narcisista son hombres, pero, incluso entre los no diagnosticados, es posible encontrar este tipo de comportamiento: hombres que se consideran superiores a los demás. Hombres vanidosos y arrogantes están presentes en todos los ambientes de la sociedad y van desde los que se creen la última coca cola del desierto hasta los que se juzgan los más inteligentes, lindos o astutos.
El narcisismo, con sus características de grandiosidad y agresividad, es sinónimo de un futuro repleto de dolores. La Biblia advierte que «delante de la destrucción va el orgullo, y delante de la caída, la altivez de espíritu», Proverbios 16:18. Esta es una alerta para que los hombres revean lo que piensan de sí mismos y busquen un cambio cuando se vean arrogantes. La Palabra de Dios es clara:
«Y cualquiera que se ensalce, será humillado, y cualquiera que se humille, será ensalzado», Mateo 23:12.
Para liberarse del pensamiento narcisista, arrogante y prepotente, el hombre necesita buscar al Espíritu Santo. Es Él el que concede el equilibrio necesario para no ahogarse en la vanidad. Y, entre tantos ejemplos bíblicos, el mejor es el de Jesús, que, incluso siendo perfecto, no fue arrogante. Seguir Su ejemplo es esencial para tener una vida equilibrada.
Más que una condición psiquiátrica, el narcisismo es un problema espiritual. La persona puede tomar medicamentos y consultar especialistas, no obstante, si la raíz del problema no se corta, es como si pintáramos una casa vieja. Es necesario que haya un cambio en el interior y que una nueva persona se forme ahí adentro.
El narcisismo es un problema verdadero y creciente en la sociedad actual, especialmente entre los hombres. Pero la Biblia nos ofrece un camino diferente de lo que el mundo enseña y solo siguiendo los pasos de Jesús es posible evitar la ruina que la soberbia genera, alcanzando una vida de honra y el verdadero equilibrio.