Meditando en el libro de Josué capítulo 1, podemos ver que Dios le promete a Josué estar con él todos los días de su vida, guardarlo, protegerlo, entregar todo en sus manos. Pero vemos que Dios le pone una condición para que todo eso suceda: ¡LA OBEDIENCIA A SU PALABRA!
“Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que Mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.” Josué 1:7
Cuando uno obedece a la Palabra de Dios y la practica, entonces, ¡todo saldrá bien en su vida!
Es tan fuerte eso que incluso Dios llama a nuestros enemigos ¡NADIE! cuando dice:
“Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.” Josué 1:5
Entonces, si uno Le obedece, sus problemas serán llamados “nadie”, sus afrentas serán llamadas “nadie”, sus enemigos serán llamados “nadie”, el diablo será llamado “nadie”, es decir, ¡nadie podrá detenerlo!
Mis amigos, lean y mediten bien en estas palabras.
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Dios les bendiga
Obispo Francisco Couto