El pasado 24 de diciembre fue un día de fiesta en el aeropuerto Ben-Gurion, el mayor aeropuerto de Israel, en Tel Aviv. Nada relacionado a los festejos de Chanucá, días antes. El foco de la alegría era un grupo de 53 judíos de ojos rasgados y piel morena que salieron por la puerta de desembarque de la terminal internacional.
Eran los Bnei Menashe (“Hijos de Manasés”, en hebreo), descendientes de una de las famosas Tribus Perdidas de Israel, que regresaban a la Tierra prometida después de 27 siglos – ellos fueron expulsados por los entonces dominadores asirios. Después de la expulsión, la tribu fue enviada al Extremo Oriente, radicándose en la frontera de India y China. Con el tiempo, se esparcieron por el Tibet y Myanmar, estableciéndose finalmente en los estados indianos de Manipur y Mizoram.
En verdad, este no es el primer grupo de Bnei Menashe que llega a Israel después del conocimiento oficial de la descendencia. Ellos eran cerca de 9 mil en India, cuando el rabino israelita Shlomo Amar los reconoció como parientes de la tribu otrora exilada, en 2005. Por medio de la organización Shavei Israel, cuyo objetivo es recuperar hacia el suelo israelita a los descendientes judíos de la disgregación a lo largo de los milenios, más de 1,7 mil Hijos de Manasés (hijo de José de Egipto y nieto de Jacob) fueron llevados a Tierra Santa a lo largo de los 2 años siguientes al reconocimiento mencionado. No obstante, en 2007, el gobierno israelita vetó el proceso de inmigración, retomado actualmente por la gestión de Benjamin Netanyahu.
Conversión oficial
En un acuerdo con el Ministerio del Interior, los Bnei Menashe entran en Israel como turistas y, después del desembarque, se convierten oficialmente al judaísmo, obteniendo la ciudadanía israelita. La conversión es realizada de manera de oficializar lo que los descendientes de Manasés ya practicaban – pues ya seguían los preceptos judíos en India.
En la década de 1950, miles de Bnei Menashe pretendían hacer una gran marcha a Israel, pero fueron detenidos por las autoridades indianas, quienes complicaron su salida, sobre todo burocráticamente. Fue entonces que decidieron, aunque no pudieran salir, practicar el judaísmo ortodoxo – y adoptaron la bandera que ilustra este artículo, mezclando el estandarte del país y los colores de la tribu . Los que permanecen en la India frecuentan centros comunitarios establecidos por la Shavei, donde aprenden más sobre la religión, la tradición y la lengua hebrea moderna.
La Shavei pretende llevar a Israel a 7 mil Hijos de Manasés más, que aún quedan en India, corrigiendo una injusticia que perduraba desde el siglo 8 antes de Cristo (a.C.). Michael Freund, líder de la organización, dijo en una entrevista al sitio Y Net News que alrededor de 300 miembros de la tribu perdida llegarán a Tel Aviv en las próximas semanas, dando continuidad al aliyah (el proceso de inmigración). “Queremos que nuestros hermanos perdidos regresen a casa.”
Freund, que estaba con los Bnei Menashe en el avión proveniente de la India, describió el clima a bordo: “Todos teníamos lágrimas de regocijo en el rostro, comprendiendo que un ciclo histórico de 2,7 mil años de esta tribu, se cierra ahora.”
En una entrevista a la emisora radial WABC, de Nova York, Freund alegó que lo que está sucediendo “frente a nuestros ojos” es el cumplimiento de una profecía bíblica. El dirigente de la Shavei dijo que el episodio se refiere directamente a lo que está escrito en Isaías 43:5-6:
“No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu descendencia y del occidente te recogeré. Diré al norte: “¡Da acá!”, y al sur: “¡No los retengas; trae de lejos a mis hijos, y a mis hijas de los confines de la tierra.”
Estudio del Apocalipsis
Es sobre el cumplimiento de esas profecías, entre otros aspectos que hablan directamente de nuestra vida, que se realiza la reunión los días domingos a las 18 hs. en todos los Cenáculos del Espíritu Santo y en Buenos Aires, en Av. Corrientes 4070- Almagro.
El Estudio del Apocalipsis no habla sólo de las profecías, sino de cómo prepararnos para el arrebatamiento y la salvación caminando con rectitud, según los preceptos de Dios, enseñados por el Señor Jesús. Y eso se hace diariamente, poco a poco, siempre.