El Espíritu Santo me ha revelado este paralelo de cómo la tibieza y la indiferencia espiritual, matrimonial y ministerial van agravándose si no acudimos al Médico de nuestras almas.
Examiná tu estado espiritual (conciencia) ahora mismo y reconocé, arrepentite y clamá al Señor Jesús para recibir Perdón, Sanidad Espiritual y Restauración Completa.
Todos los que murieron con Tuberculosis Espiritual fueron los que ignoraron los síntomas del resfriado. Fijate si no es cierto:
Tabla de Comparaciones
Así como una enfermedad física puede avanzar paulatinamente si no se le da el tratamiento adecuado, la vida espiritual también puede deteriorarse si los primeros síntomas no se tratan.
El Resfriado Espiritual puede parecer leve, sin embargo, si lo ignoramos, puede evolucionar y desencadenar en una Tuberculosis Espiritual que apaga la fe, endurece el corazón y rompe la Alianza con el Padre Celestial.
El remedio y el tratamiento siempre son los mismos: volver a la práctica de la Palabra, a la oración sincera, a la confesión humilde, a la entrega de nuestras ansiedades, permitiendo así que el Antibiótico del Espíritu Santo mate los virus y restaure y fortalezca nuestro sistema inmune espiritual.
El Espíritu Santo es el Médico de nuestra alma. Él Revela, Corrige, Disciplina y Restaura. Por eso, no ignores los síntomas.
Cuidate, porque el verdadero Cristiano no vive de apariencia, sino en obediencia, y practica la fe viva, no la religiosidad.
¡Nos vemos en la IURD o en las Nubes!
Obispo Julio Freitas