Para entender lo que significa la perseverancia no hace falta ir al diccionario. Primero debe comprender una serie de conceptos y, entre ellos, se destaca la renuncia, porque ambos están directamente relacionados.
¿Qué hace cuando ese plan en el que ha pensado durante mucho tiempo corre riesgo de fallar? ¿Renuncia o enfrenta las dificultades?
Si usted eligió la segunda respuesta, entiende que en la vida nada viene regalado y, si viene, no es como lo imaginaba. Las dificultades son pruebas para medir si usted está listo para recibir lo que desea.
Sin renuncia tampoco hay conquistas. Para ilustrar mejor esa idea de renuncia, imagine a un estudiante que pretende ingresar en una buena universidad. Necesita dejar de salir de noche con los amigos por un tiempo para dedicarse a los estudios. En ese caso, él renunció a la diversión en nombre de la carrera soñada.
¿Qué es perseverar? ¿No desistir nunca? Puede ser, pero no es solo eso. Va más allá y eso no lo explica el diccionario. Perseverar es perseguir un sueño con determinación. Es taparse los oídos ante quien diga que es imposible y tener la profunda comprensión de que no los puede alcanzar solo. Se necesita hacer un pacto con Dios, pero ¿cómo? A través de la renuncia.
¿Tiene dudas? Vea cuáles son los cuatro pasos seguidos por quienes llegaron al fondo del pozo y lograron salir.
1.- Escuchar la voz de Dios
2.- Estar definido
3.- Hacer un sacrificio extraordinario
4.- Luchar y luchar
La situación de Betty Menacho era un caos, vivía en una situación muy precaria, su familia era muy pobre, pasaban hambre, no tenían para vestirse, andaba descalza y eso le hacía pensar que iba a seguir de esa manera.
“Cuando conocí a mi marido pensé que mi vida iba a cambiar pero nada que ver. Quedé embarazada, pasó el tiempo y mi familia comenzó a rechazarme porque él era alcohólico, decían que era mi culpa. Reaccioné volviéndome muy agresiva, tanto que no me aceptaban en ningún lugar.
Viví en la calle, pasaba frío y hambre, tenía que robar para comer y tenía vicios. Tomaba para soportar estar en la calle, me volví una alcohólica. Era un sufrimiento enorme, buscaba en la basura para comer y darle a mi hija, vivía con miedo de que algo nos pasara a las dos. En la desesperación intenté matarla y suicidarme.
En esos momentos mi marido escuchó la programación de la Universal en una radio vieja a pilas y comenzó a ir a la iglesia, entonces, comencé a participar yo también con él. Al principio venía por venir pero después vi que era verdad que mi vida iba a cambiar. Perseveramos en las reuniones y sacrificamos en la Hoguera Santa cada vez que tuvimos la oportunidad. Como respuesta por parte de Dios sucedió algo extraordinario. Hoy en día tengo una familia bendecida, con mi esposo tenemos una empresa, una fábrica de ropa muy grande, con varios empleados, compramos un departamento y yo me recibí de enfermera”.
Muchas veces estuvo a punto de rendirse, porque pensaba que no había una solución, pero su visión cambió, su mente se renovó y comenzó a luchar, entonces consiguió un empleo, al mismo tiempo que cambiaba su personalidad comenzó a estudiar, a arreglarse más, a cuidar a su esposo y a amar a su hija. “Así es como fui saliendo, perseverando conquisté todo lo que tengo. La última conquista que obtuvimos es una casa hermosa que disfrutamos con mi esposo y mis hijos”, finaliza sonriendo.
Como en cualquier otra historia de éxito, es necesario esforzarse. Si usted hizo un pacto con Dios, significa que Él hará Su parte, mientras que usted haga la suya. ¿Quiere éxito? Estudie, conozca su área de aplicación. ¿Quiere un matrimonio feliz? Busque saber cómo ser un mejor compañero. En definitiva, invierta en su sueño.
[related_posts limit=”9″]