Vivimos en una sociedad en que la sobrevivencia gira en torno al dinero. Para tener salud es necesario un buen seguro médico, para tener educación es necesario pagar una buena escuela, o sea, para tener una vida de calidad, es necesario pagar. Y la fuente para suplir todas las necesidades y placeres del ser humano es el trabajo, el esfuerzo y la dedicación. Pero es necesario tener cuidado. Hoy en día con el mercado altamente competitivo, esa lucha constante y diaria puede volverse excesiva y perjudicial.
Sandra Gabas, de 48 años, gerente de ventas, es un ejemplo clásico de lo que el punto máximo del estrés puede causar. Cuando tenía 30 años recibió una invitación para administrar un negocio de ropa. Ella tenía una relación seria y pensaba casarse. Pero el exceso de trabajo perjudicó la relación. “Trabajaba bajo presión todos los fines de semana y feriados de las 10 a 22 h. Estuve años dedicándome tan solo a mi profesión. Mi novio me pedía atención y yo solo pensaba en trabajar y trabajar”, cuenta.
En ese momento, ella creció y pasó a ser supervisora de nueve negocios al mismo tiempo. “La exigencia aumentó y no era tan solo profesional. Por ser una marca conocida mundialmente, me exigían ser delgada y comencé a presionarme cada vez más. Tuve que despedir a diversas vendedoras porque no tenían el peso adecuado. La competencia solo aumentaba y el miedo a perder el trabajo también. Ya no dormía bien”, recuerda Sandra.
La gerente pasó a tener problemas emocionales y, cuanto más pasaba el tiempo, más veía que su vida se le había ido. Mi pareja se cansó de exigirme un mínimo de atención y me dejó. Yo no vi a mi sobrino que tanto amo, crecer. Lamentablemente, cuando me di cuenta, él ya tenía 17 años. No salía a ningún lugar, mi meta era vencer la presión diaria y comencé a sentir una enorme soledad”, dice.
El exceso de estrés en el trabajo puede causar una enfermedad
Según Lorena Broseghini Barcelos, médica neuróloga de la Clínica Acor, Sandra sufrió el famoso Síndrome de Burnout, o síndrome de agotamiento profesional. “Es un disturbio nuevo, del año 1970, y se caracteriza por la dedicación exagerada a la actividad profesional. La necesidad de afirmarse se vuelve obstinación y compulsión. En esta búsqueda, el paciente sufre, además de problemas de orden psicológica, fuerte desgaste físico, lo que genera fatiga y exclusión”, explica.
Además de eso, la psicóloga clínica Daniela Rodríguez Costa resalta que, con eso, la persona puede sin darse cuenta, alejarse de la vida social y familiar, volviéndose malhumorada y negativa. “Actitudes como la agresividad con compañeros y familiares, aislamiento, cambios bruscos de humor, pesimismo, y la baja autoestima se vuelven comunes. Es necesario buscar ayuda”, agrega.
Lorena afirma que reconocer que necesita ayuda es un paso importante para tener más equilibrio entre la vida personal y la profesional. “Las personas no están obligadas a aceptar todas las invitaciones que reciben y también pueden decir que están sobrecargadas cuando el jefe les pasa una tarea más. Invierta en alguna actividad física aeróbica, por ejemplo, pues además de mejorar el autoestima, relaja y alivia las tenciones”, aconseja la neuróloga.
Sandra venció el Síndrome de Burnout
Sandra sabía cuál era la raíz del problema que estaba enfrentando y, cuando se dio cuenta de sus perjuicios, reconoció que necesitaba tomar una actitud. “Cuando me vi sola noté que había perdido gran parte de mi vida trabajando, que dejé de vivir para ganar. Decidí cambiar de trabajo y hoy lucho por mi calidad de vida en todas las áreas”, dice la actual gerente de Maison Nelly, tiendas de trajes a medida.
Además de invertir en el aspecto profesional, Sandra no descuida su salud y su vida personal. “Lógico que la lucha por el equilibrio es diaria. Pero, a diferencia de antes, hoy hago actividad física, me gusta leer libros de autoayuda cuando me siento un poco más estresada y escucho música para relajarme. Y lo más importante, mi vida sentimental está muy bien”, concluye.
El equilibrio está en usted
El estrés es normal y hasta nos ayuda en la toma de decisiones, pero los especialistas dicen que es necesario estar atento y evaluar si es el ambiente profesional que le hace mal o si son las malas actitudes de la propia persona.
Es importante conocerse bien y saber cuáles son sus límites personales para no perjudicar su salud. “Además de eso, mejorar la calidad de vida, administrar el estrés, garantizar la buena salud física, dormir y alimentarse bien, practicar actividad física y mantener hobbies e interés por la vida social son grandes aliados para mantenerse en equilibrio”, concluye la psicóloga Daniela.
Es posible aprender a dirigir el estrés como Sandra. Invierta en usted. ¿Qué le hace feliz? hacer pequeñas cosas placenteras fortalece el autoestima y trae la sensación de que también tenemos derechos y no tan solo deberes.
Consejos prácticos para encontrar el bienestar en el trabajo y no perjudicar otras áreas de la vida:
– Realice actividades de relajación;
– No use la falta de tiempo como excusa para no practicar ejercicios físicos;
– Organice su tiempo, establezca y decida cuáles son las prioridades.
– Mantenga una dieta equilibrada/balanceada y haga ejercicios físicos;
– Tenga un día de descanso;
– Tenga buenos hábitos de sueño;
– Haga una pausa diaria de tecnología. Defina un tiempo cada día para estar desconectado;
– Invierta en su lado creativo. La creatividad es un poderoso antídoto. Intente algo nuevo, como comenzar un nuevo proyecto divertido o retomar un pasatiempo favorito;
– Busque ayuda. Comparta sus angustias. No deje que el estrés se vuelva mayor que el placer por la vida.
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