“Un varón de vosotros perseguirá a mil; porque el SEÑOR, vuestro Dios, es quien pelea por vosotros, como Él os dijo.”
(Josué 23:10)
Por eso, no importa cuántos vienen contra usted. No importa cuán fuertes y poderosos aparentan ser sus problemas. La promesa es que Dios combatirá por usted, como ya vimos en los días anteriores. Él mismo prometió eso a los que creen, a los que permanecen fieles a Él y practican Sus palabras.
El propio Dios combatirá por nosotros; aunque seamos débiles e inexpresivos a los ojos del mundo, ya somos vencedores de cualquier guerra en la que nuestro Señor esté. Pero solo estará por nosotros si permanecemos en la disciplina del Reino de Dios. Esa promesa es para los que son fieles y se esfuerzan para andar de fe en fe.
Esa promesa es exclusiva para los que creen, que se entregan 100% a Dios y obedecen a Su Palabra. Obedecen con integridad de espíritu. Obedecen con todas sus fuerzas, pues quieren formar parte de este Reino. Si usted es uno de esos, hoy es el día de recordar que usted, con Dios, es capaz de perseguir a mil y salir victorioso. Hoy es el día de recordar todas las promesas que Él ya hizo. Esa es la fe que transforma a niños en gigantes.
Hoy es el día de recordar todas las promesas que Dios hizo.
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Fuente: Libro “El Pan nuestro para 365 días”, del obispo Edir Macedo