El Encuentro de las Familias llegó al Microcentro de la Ciudad de Buenos Aires, y aprendimos el peso de honrar a nuestra familia.
Frente a una pérdida familiar, decepción amorosa, frustración, existe una deuda en el alma. Ella no puede ser pagada por nada ni nadie, solo por uno mismo.
Ciertamente el Señor consolará a Sión, consolará todos sus lugares desolados; convertirá su desierto en Edén, y su yermo en huerto del Señor; gozo y alegría se encontrarán en ella, acciones de gracias y voces de alabanza.
Cuando uno se perdona pasa a tener Alegría, Paz, Gozo y vive en el Huerto del Edén.
Sea el matrimonio honroso en todos, y el lecho matrimonial sin mancilla, porque a los inmorales y a los adúlteros los juzgará Dios. Hebreos 13:4
La palabra “Honra” en hebreo significa darle peso de importancia, y este, en la familia, debe ser de forma natural, dándole el afecto y la honra que ellos se merecen, aunque el Primero en recibirla sea Dios.
Y vosotros, maridos, igualmente, convivid de manera comprensiva con vuestras mujeres, como con un vaso más frágil, puesto que es mujer, dándole honor como a coheredera de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean estorbadas. 1 Pedro 3:7
Cuando uno tiene vida con Dios, nuestras oraciones son atendidas y somos honrados conforme cada uno Lo Honra.
Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. 1 Corintios 6:20
El mal sabe que fuimos comprados por el precio del Señor Jesús en la Cruz.
Por eso, ahora Dios espera que uno Le dé esa Honra, a través de la Obediencia y la entrega total a Su Palabra.