Los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales siempre implican alguna pérdida, por eso el objetivo fundamental debe ser la prevención, que es anticiparse a los hechos antes de que ocurran y tomar precauciones para evitar situaciones no deseadas. El objetivo debe ser hacer de la prevención un hábito cotidiano.
En ediciones anteriores, expusimos los derechos y obligaciones del trabajador y del empleador, tendientes a prevenir o evitar los accidentes de trabajo. Asimismo, referenciamos el concepto de “accidente de trabajo”.
Ahora bien, para poder ejercer la tarea de “prevención” de forma completa, se debe tener presente que dentro del ámbito laboral además de los accidentes mencionados con anterioridad, también existen las enfermedades profesionales.
Es necesario distinguir las enfermedades que afectan al conjunto de la población de aquellas que son el resultado directo del trabajo que realiza.
Para atribuir el carácter de profesional a una enfermedad es necesario diferenciarla de las enfermedades comunes:
• Agente; debe existir un agente en el ambiente de trabajo que por sus propiedades pueda dañar la salud.
• Exposición; debe demostrarse que el contacto entre el trabajador afectado y el agente o las condiciones de trabajo nocivas sea capaz de provocar un daño a la salud.
• Enfermedad; debe haber una enfermedad claramente definida en todos sus elementos clínicos, anátomo-patológicos y terapéuticos, o un daño al organismo de los trabajadores expuestos a los agentes o condiciones antes señaladas.
• Relación de casualidad; deben existir pruebas de orden clínico, patológico, experimental o epidemiológico, consideradas aislada o concurrentemente, que permitan establecer una asociación de causa efecto, entre la patología definida y la presencia en el trabajo, de los agentes o condiciones señaladas más arriba.
La conjunción de estos cuatro elementos permite distinguir si una enfermedad es o no profesional.
Sintetizando el concepto de enfermedad profesional, podemos sostener que puede ocasionarse por un “evento dañino”, el cual tiene las características de ser: no deseado, de evolución lenta, y generalmente imperceptible para la víctima; o bien, por “exposición”, la cual puede producirse: en forma repetida, durante mucho tiempo, y con la presencia de una condición agresiva para la salud en el ambiente de trabajo habitual.
Tanto para el caso de los accidentes de trabajo como en el caso de las enfermedades profesionales es fundamental reducir los riesgos implementando todas las medidas de seguridad correspondientes.
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