“La novia de mi novio”
Laura es una joven que terminó su noviazgo con un hombre admirable. Ni ella sabe el motivo de esa decisión, tampoco comprende que el distanciamiento fue sucediendo de a poco, y de forma tan delicada, que cuando se dio cuenta, ya se encontraba demasiado lejos de él. Laura pasó a querer llenar esa falta, pero su tristeza, en el fondo, es saber que su amor no está en los lugares en los que lo busca. El dilema de Laura es intentar reencontrar a su amado, que un día fue despreciado, y que ella teme que la rechace.
He conocido muchas personas. Cada día, y cada amanecer mis fuerzas intentan renovarse. A pesar de las decepciones anteriores, trato de no pensar en lo que futuras amistades puedan hacerme. Todo me sirvió como un gran aprendizaje.
En las últimas semanas salí y me divertí mucho. Tomé altas dosis de bebida espumantes, sólo para ver si sé comportarme socialmente. Parece un juego, pero no recuerdo casi nada de lo que hice. Creo que mis amigos tampoco lo saben ni les importó. El problema es la noche, y cuando me encuentro conmigo misma. Tengo miedo de esos momentos. No soporto la idea de verme, analizar mi vida. Sé que la fuga no es el mejor camino, pero para mí es el más fácil.
La otra vez conocí a un chico. Él tiene una vida un poco complicada, aún así quise insistir. No sé porqué hacemos eso. No sé porqué insistimos en involucrarnos con una relación que sabemos está equivocada…
Aún así, lo hice. Es gracioso… Antes, lo único que sentía por él era una remota atracción, como si nunca existiera la posibilidad de llegar a relacionarnos. Pero eso fue cambiando. Él se me acercó, comenzamos una amistad, y entonces, cuando me di cuenta, ya estaba presa de ese sentimiento.
¡Pasión!
Él tenía un hijo de dos años y una ex-enamorada que yo desconocía, pero que comenzó a atormentar la vida de él. Ya te habrás dado cuenta en lo que se transformó mi noviazgo. Mi mamá, siempre preocupada, sólo sabía decirme: “Él no es para ti”.
Pero yo no lo creía. Imposible creerlo. Estaba perdidamente apasionada. Él era muy romántico, muy dedicado y siempre se preocupaba por mí. Algunas veces, me sentía dejada de lado por la constante presencia de su hijo, pero para mí, nada nos podía separar.
Dulce engaño. Mis problemas todavía no habían comenzado. Fue cuando un día abrí la puerta de mi casa y era una mujer.
¿Eres Laura?
Sí, ¿por qué?
Yo soy Bianca, la NOVIA DE Pedro.
Continuará…