El hombre como ser pensante es capaz de formar conceptos y emitir opiniones no solo sobre objetos y asuntos, sino también sobre personas. Todos tienen derecho a un punto de vista sobre algo. Sin embargo, no es justo cuando utilizamos nuestra habilidad racional para juzgar a otra persona.
“La única manera de juzgar según el justo juicio es juzgar según la Palabra de Dios. El justo juicio es la Palabra de Dios. El Señor Jesús no estaba autorizando acusaciones personales, sino orientándonos a analizar todo de acuerdo con Su Palabra. Juzgar actitudes, y no a personas. Evaluar situaciones; evaluar nuestras reacciones para tomar las decisiones correctas”, explica el obispo Edir Macedo en un texto del libro “El Pan Nuestro para 365 días”.
Cuando conocemos bien a alguien, muchas veces nos sentimos cómodos para hablar de esa persona y, aun así, debemos vigilar nuestros pensamientos y palabras. Cuando no conocemos a la persona de quien estamos comentando, ¿es correcto juzgar incluso solo por la apariencia?
El obispo Renato Cardoso, afirma en su blog que la mayor ignorancia es criticar algo sobre lo que usted no sabe nada al respecto. “El mundo está lleno de ignorantes disfrazados de sabios. Críticos de guardia, de narices empinadas en sus podios de ignorancia, listos para señalar y argumentar su punto de vista. Ellos se olvidan de que un punto de vista no es más nada que eso”, dice.
“No juzguéis, para que no seáis juzgados, porque con el juicio con que juzgáis seréis juzgados, y con la medida con que medís se os medirá.” (Mateo 7:1-2)
Quien es de Dios, no acusa
El religioso señala con el dedo y demuestra las acusaciones que tiene en contra de otra persona. Quien es de Dios no está preocupado en juzgar al otro o interpretar lo que ve, sino que está enfocado en su obediencia a Él.
A veces, podemos ser influenciados por otras personas que ya están habituadas a hablar mal de los demás y a juzgar a quien no conocen. Por eso es tan importante evitar mirar con malos ojos, porque, más tarde o más temprano, corremos el riesgo de cometer injusticias. Así como no debemos permitir que cosas malas permanezcan en nuestras vidas, en la misma medida tampoco podemos juzgar según lo que vemos.
“Si está de acuerdo con la Palabra, puede entrar en su vida. Si no está de acuerdo con la Palabra, no puede entrar en su vida. Si encuentra a alguien con apariencia de cristiano, pero que habla mal de los demás, aquel que es de Dios, inmediatamente se aleja. No le da continuidad a conversaciones contrarias al carácter de Dios. Si recibe una propuesta contraria a su fe, el que es de Dios la analiza y la rechaza, porque, para él, mucho más importante es su Salvación”, afirma el obispo Macedo.
Si usted quiere aprender más sobre este tema, participe de la Noche de la Salvación, que se realiza todos los miércoles a las 20h en la Universal. Ingrese aquí para ubicar la dirección de la iglesia más cercana a usted.
[related-content]