Romina Clavijo sufrió un terrible accidente automovilístico con tan solo 6 años de edad y su estado era muy delicado. El choque de una camioneta y un auto en la ruta 40, en Mendoza, dejó un saldo de once personas en observación, y una niña internada en grave estado. Esa niña era ella.
Romina relata en primera persona el proceso de su milagrosa recuperación, pues una fractura múltiple en la pelvis hacía que fuera imposible que pudiera caminar.
“Había quedado paralítica, en silla de ruedas, si es que podía sentarme, porque mayormente estaba postrada en una cama. El médico dijo que yo nunca iba a poder caminar y eso me destrozó, sufrí una depresión muy fuerte siendo tan chiquita. Cuando uno es niño, corre, puede jugar y después de haber quedado así tras el accidente, era horrible lo que vivía. Veía a los niños jugar cuando mi mamá me sacaba al balcón y lloraba sin parar. No podía hacer nada para cambiar mi situación.
Hoy en día mi salud está perfecta siendo que tenía la pelvis quebrada en cuatro partes, con una diferencia de 10 centímetros. Puedo caminar gracias al sacrificio que mi mamá presentó en el Altar, en una Hoguera Santa. La manifestación de fe produce resultados maravillosos. Incluso pude ser madre y no tuve ninguna complicación durante el embarazo”.
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