El caos en el tránsito, las dificultades tan inherentes a las relaciones humanas, las exigencias del día a día…seguramente, solo pensar en todo eso ya hace a cualquier persona respirar hondo y soltar un inmenso “dame paciencia, Señor”.
¿Pero la paciencia viene de esa manera?
Para ser paciente, el ser humano necesita, primero, recibir los frutos del Espíritu Santo (lea Gálatas 5:22-23). ¿Pero cómo sucede?
La escritora Ester Bezerra enseña sobre el poder manifiesto en cada uno de los frutos cuando recibimos el Espíritu Santo. “Los tres primeros frutos del Espíritu tienen la esencia de Dios, que son amor, representado por Dios Padre; alegría, representado por el Hijo Jesús; y paz, representado por el Espíritu Santo. Esos tres frutos se reciben automáticamente, con el descenso del Espíritu Santo en su vida. Es la marca inmediata del sello de Dios sobre los que en Él creen”, explica la escritora.
Por otro lado, los demás frutos están relacionados al carácter humano y están a nuestra disposición. “Es necesario cultivarlos con mucha perseverancia – o sea no son automáticos y exigen sacrificio, mucho sacrificio realmente”, resalta ella.
Y entre ellos está la tan deseada paciencia, personalizada en dos frutos específicos: la paciencia y la mansedumbre.
Ester Bezerra explica que una persona paciente es así con ella misma y con otros, y sabe esperar el tiempo necesario de la concretización de su fe. Y la persona mansa es comprensiva, sabiendo colocarse en el lugar de los otros.
Otro detalle importante son las situaciones difíciles que enfrentamos diariamente, que producen en nosotros, perfeccionan, la paciencia (perseverancia):
“Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;” Romanos 5:3-4
Por eso, deje de pensar que no tiene paciencia. Usted la tiene, lo que necesita es ejercitarla. Y si usted dice “yo no tengo el Espíritu Santo”, búsquelo de todo su corazón y con todas sus fuerzas. Él es la condición esencial para vivir en este mundo.
Todos los domingos y los miércoles, en toda la Universal, son realizadas reuniones para su vida espiritual. Participe en una de ellas en una Universal cercana a usted.
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