Así describe la actriz Larissa Maciel lo que aprendió al interpretar a Miriam, en Los Diez Mandamientos: “Hoy en día, las personas siempre tienen una opinión en la punta de la lengua para señalar los defectos de los demás. Y la historia de Miriam muestra lo contrario, ella se pone siempre en el lugar del otro. Es una enseñanza para toda la humanidad”.
Los desafíos de la preparación
Larissa tuvo que aprender a realizar tareas que no son comunes hoy en día. “Aprendí a usar un telar y a separar los alimentos de la forma en la que lo hacían en la época. El desafío fue hacer todo eso con naturalidad”, observa.
La actriz cuenta que desde que interpretó a la egipcia Sati, en la miniserie José de Egipto, estudió mucho la historia del antiguo Egipto, lo que le ayudó a la hora de darle vida a Miriam. “Está siendo un gran aprendizaje para mi carrera, las escenas son muy buenas y el elenco es muy unido. Percibo la aceptación del público, la película fue un éxito”, afirma Larissa.
Escenas que marcan
En la historia bíblica, Miriam pasa años lejos de su hermano, Moisés, adoptado por los egipcios. Para Larissa, la escena del reencuentro fue muy emocionante. “Fue la escena que más me marcó, cuando Moisés descubre la verdad sobre su pasado. Fue un día especial que quedó en mi memoria”, dice.
Pero hubo otro momento muy especial para la actriz. “En la trama, mi padre, Amram, pasa años lejos de la familia y, cuando vuelve, Miriam lo encuentra. Fue otra escena emocionante”, añade.
Para ella, interpretar a Miriam es una gran responsabilidad, pero también la hace sentir más cerca de la historia del pueblo hebreo y la ayuda a entender su fe. “Es más que una historia bíblica, es la historia del hombre, de la humanidad. Miriam es una mujer que tiene mucha fe, tiene personalidad fuerte y un comportamiento diferente al de las hebreas de la época. No hay cómo no apasionarse por la historia”, concluye.
Miriam en el texto bíblico
Hija de los hebreos Jocabed y Amrom, Miriam aprendió a confiar en Dios desde chica. Una mujer adelantada a su tiempo, era decidida y fue una líder de su época. Ella aparece en la historia en momentos muy importantes, y es citada en diversos pasajes bíblicos. Fue Miriam quien, aún siendo pequeña, tuvo la sabiduría de dirigir la adopción de su hermano más chico, Moisés, cuando los egipcios estaban matando a todos los varones recién nacidos de los hebreos.
“Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críe este niño?”, (Éxodo 2:7). Así, Miriam logró que la madre biológica de Moisés pudiera criar a su hijo, como nodriza, por varios años sin que supiera la verdad.
Miriam estuvo junto a su hermano después de que él descubrió su verdadero origen y luchó por la libertad de los hebreos, incluso hasta en la travesía por el Mar Rojo. “Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas. Y María les respondía: Cantad al Señor, porque en extremo se ha engrandecido; ha echado en el mar al caballo y al jinete.”, (Éxodo 15:20, 21).
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