«… ANTES QUE SE ROMPA EL HILO DE PLATA, se quiebre el cuenco de oro, se rompa el cántaro junto a la fuente, y se haga pedazos la rueda junto al pozo; entonces volverá el polvo a la tierra como lo que era, Y EL ESPÍRITU VOLVERÁ A DIOS QUE LO DIO». Eclesiastés 12:6-7
«He aquí, todas las almas son Mías; tanto el alma del padre como el alma del hijo Mías son. EL ALMA QUE PEQUE, ESA MORIRÁ». Ezequiel 18:4