Stella Maris Montenegro llegó a la Universal con su vida devastada por las enfermedades. Sufría con arritmia cardíaca, infecciones renales y problemas respiratorios que se volvieron crónicos. Su salud se deterioraba cada vez más, pues llegó a tener neumonía. Pero la salud no era lo único afectado, Stella Maris también tenía trastornos espirituales que la hacían ver cosas extrañas y le producían mucho dolor de cabeza, incluso llegó a desmayarse sin saber la causa.
Todo esto la había convertido en una mujer muy nerviosa que quería terminar con tanto sufrimiento. “Tres veces intenté suicidarme, la primera vez me corté las venas y las otras dos tomando pastillas. Recuerdo que sentía que ya no podía más con todo lo que estaba sufriendo. Fueron veinte años de tormentos y peleas en el matrimonio”, cuenta.
Un día vio la programación televisiva de la iglesia y decidió acercarse. A través de las reuniones fue recibiendo orientaciones para colocar su fe en acción y así lo hizo obteniendo resultados concretos. “Perseveré los viernes, usé mi fe en la Hoguera Santa y mi vida cambió totalmente. Soy feliz, estoy sana, tengo ganas de vivir y mi matrimonio se reconstruyó”, asegura Stella Maris sonriendo.
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