Claudia González fue abandonada por su madre, eso le generó mucha angustia y depresión, a los 16 años de edad intentó suicidarse con un revólver porque no soportaba más tanto dolor, pero la bala no salió. Al tiempo conoció a un hombre con quien proyecto formar una familia, al año tuvo a su primera hija, estaba feliz, había anhelado tener una familia y ser madre, pero la situación no fue como ella soñaba.
“Yo tenía muy mal carácter y maltrataba a mi expareja y a mis hijos. Le reclamaba su ausencia, su cariño, porque no había compañerismo, hubo infidelidades y mentiras, también agresiones verbales y físicas. Incluso había vicios, él tomaba alcohol y yo había empezado a consumir marihuana y pastillas a escondidas. Quería que todo pasara, pero la tristeza volvía.
Deseaba darle lo mejor a mis hijos pero estaba muy mal económicamente, llegué a perder todo por malas inversiones. Cuando me separé perdí bienes, un montón de cosas, y quedé en situación de calle con mis hijos, en esos momentos intenté suicidarme nuevamente porque ya nada valía la pena, no pensaba ni en mis hijos, estaba ciega, decía ‘si yo crecí sin madre, ellos también pueden crecer sin mí’. Sufríamos perturbaciones espirituales cada vez mayores, yo no podía dormir de tanto tormento y mis cuatro hijos dormían con la luz prendida, todos amontonaditos, en una habitación que me había prestado una amiga.
Al no comer, mi vesícula comenzó a funcionar mal y me tuvieron que operar, incluso tuve anemia crónica. No me cuidaba, no me valoraba y mi salud lo padecía. Recuerdo que iba a suicidarme y me despedí de mis hijos, justo aparece mi hermano y me invita a la Universal una vez más, acepté ir, llegué drogada a la iglesia y me fui diferente. No fue fácil mi proceso de liberación, pero perseveré en las cadenas y Dios transformó todo. Mi sueño era formar una familia, entonces participé de la Hoguera Santa en el Monte Sinaí con fe, al tiempo conocí a Germán, él estaba en la fe y había vencido su pasado también. Hoy somos muy felices, tenemos una vida completa”, afirma Claudia sonriendo.
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