Los problemas de Claudia Morales comenzaron en su niñez: “Mi infancia fue muy traumática porque mi madre tenía problemas psicológicos y cuando le daban los ataques me quería matar. Me crié con gritos, peleas, porque además, mi mamá le pegaba mucho a mi papá.
Cuando crecí conocí a mi marido y pensaba que con él iba a ser diferente. Los primeros años fueron buenos, pero luego empezaron mis ataques de nervios, los había heredado de mi mamá. Empecé a odiar a mi marido y no sabía por qué.
Estaba enferma, tenía anorexia nerviosa, llegué a estar 15 días en Terapia Intensiva pero me seguía viendo gorda. Tomaba pastillas para bajar de peso, pero estaba quedando piel y hueso. Además, tenía un quiste y problemas en el hígado.
Mis hijas también sufrieron, la más grande tuvo un coma alcohólico, casi muere y fue así que ella conoció la Universal.
Yo vi el cambio de mi hija y decidí acompañarla. Participé de las reuniones y además de ser liberada fui curada. Logré cambiar mi carácter, y mi matrimonio fue transformado gracias a Dios”.
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