¿Usted puede imaginar cómo es un campo de batalla? Trincheras, barricadas, bombas, campo minado, soldados altamente atentos a todo y cualquier movimiento.
¿Usted se distraería en un lugar como ese? ¿Se detendría para conversar, cantar un nuevo hit o estar tranquilo con los amigos? Por supuesto que no. Es una guerra, y las consecuencias de una distracción pueden ser mortales.
Pero parece que el soldado del video a continuación ignoró esos detalles. Vea lo que sucedió:
Cuando asumimos la verdadera fe en Dios y en Su Palabra, debemos tener la consciencia de que entramos en una guerra contra nuestro adversario espiritual:
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar…” (1 Pedro 5:8)
Y reconociendo que estamos en una guerra espiritual, no podemos estar desatentos, envueltos emocionalmente con las cosas de este mundo:
“Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.” (2 Timoteo 2:4)
Muchos problemas que han afligido a los que se dicen “de la fe” ocurren porque los mismos están distraídos, gastando su valioso tiempo con cosas que los alejan de Dios en vez de acercarlos al Autor y Consumador de nuestra fe.
Tenga cuidado. La Biblia ya nos advierte sobre días terribles que están por venir. Situaciones capaces de confundir incluso a los escogidos (Mateo 24:24). El Señor Jesús está a las puertas, y los que estuvieren relajados en pleno combate quedarán atrás.
“Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.” (Mateo 25:13)
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